Aquí estoy hoy escribiendo un testimonio que me debía, que
le debía a quienes confían en mí, sigo cada día luchando, ahora puedo gritar fuerte muy fuerte y sin
morderme la lengua que “YO SOY INOCENTE”
Eran aproximadamente las 4 de la tarde cuando mi Madre recibió
la noticia, recuerdo su incredulidad, sus lagrimas, su rabia, yo estaba
entre brumas, las lagrimas me desbordaban, ese dolor en el pecho que era
tan físico, dolía tanto, que me sentía a punto de morir, confesando el secreto que me acompaño
por muchos años de mi vida.
Yo era una niña de solo 5 años cuando fui víctima de abuso, pase a formar
parte de las estadísticas de niños abusados, por tener la osadía de salir a
comprar dulces y pague por ellos, el
precio más caro, un abuso sexual.
Los recuerdos son
dolorosos, es como si una cámara fotográfica se activara y capturara todo para después
seguir cobrando la factura del abuso, a través de los años, angustia, noches
sin dormir, las pesadillas y ese dolor que me asfixiaba y todos esos horrores
que vivimos los sobrevivientes.
Puedo contar los detalles más crudos del abuso, o el infierno que viví por años como víctima, pero
quiero contarte lo valiente que he sido por
haberlo enfrentado, sé que hay tristezas, contra las que nada puedo hacer,
todos hemos tenido alguna y con algunas caminaremos la vida entera.
Pero hay muchas cosas que también he aprendido, en todos
estos años, sé que mi voz tiene fuerza, que es
un tesoro, que quien habla y rompe el silencio, crece se hace fuerte por dentro, he
aprendido de mis emociones y mis miedos, me nutro de mis pesares y mis
dichas, de la sabiduría y las audacias que la vida me exige y me propuse
vivir con dignidad.
Sé que hablar me ha ayudado a superar,
he aprendido a sobrevivir con alegría, con temple, dignidad y respeto.
Año con año, y como me venga el año, me he visto vivir y sobrevivir como una persona de bien. Recibo las generosidades de mi destino con sencillez. Lo cual a veces es tan
difícil, como ponerle buena cara al mal tiempo.
Hoy a ustedes que han sobrevivido los invito a vivir con
intensidad con fuerza, con alegría, a no dejarse vencer por los abismos, eviten
que el miedo les caiga encima. Comprométanse a recordar y romper el silencio, sin temor, hablen de sus
miedos, sus desdichas, bendigan sus arrebatos, sus rabias y los malos momentos.
Comprométanse a perdonarse a sí mismos, a no desdeñar nada
de todo lo que la vida les presente, les
quebrante, les alumbre, les alegre.
Yo por mi parte me comprometí y estoy segura que tengo ahora
una vida feliz y plena, con historias buenas
y malas, que nada omitiré ni abreviare,
ni las penas, ni las alegrías, porque estoy segura que cuando tenga que hacer
el recuento final, tendré la detallada historia de mi vida y podre irme
tranquila y en paz.
Mari Carmen gracias
por ser mi hermana mi amiga, mi compañera, mi Ángel, el mejor regalo que la
vida me ha dado
Mamá a ti que cada
día con amor y paciencia vas recuperando
a tu pequeña
Laura gracias por enseñarme, la seguridad, el temple, la
dignidad
Octavio: Gracias por subirte a este tren, por ayudar sin condiciones, gracias por ese
gran corazón
A todas las personas que confían en mi…
Gracias por estar en mis noches sin dormir, en los momentos
de dolor, cuando estoy vencida, derrotada, cuando estoy confundida, cuando
siento rabia, cuando vuelvo a ser niña.
Elizabeth Suarez
esuar026@fiu.edu
la palabra sobreviviente me hace sentir con menos probabilidad para seguir viviendo o ser menos que cualquiera o que todo el mundo crea que soy un humano raro, es como uno de muerto! pasa a estar vivo y no es así, nosotros nunca fallecimos, estuvimos luchando siempre, siempre... es un comentario personal de una persona que sufrio abuso sexual
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