martes, 23 de octubre de 2012

Las “Secuelas” de un abuso: Únicas para cada sobreviviente


Existen desde diversas perspectivas las llamadas “secuelas” a un ASI, las exponen los médicos, los psicólogos, psiquiatras y un variado cúmulo de especialistas. Es bien conocido que existen las consecuencias del hecho que permanecen e incluso se agravan con el paso del tiempo hasta llegar a configurar “patologías establecidas”. Pudiendo ser estas de tipo: Físico, Conductual, Sexual, Social y Emocional.

Quiero hablar de la larga lista de secuelas que he encontrado en el camino de sanar, todas ellas hablan de lamentables situaciones para quienes hemos padecido algún tipo de abuso. Creo que son factores cambiantes, creo que no se pueden encasillar a las(os) sobrevivientes en un “frasco para laboratorio” motivo de análisis y estudio, creo que muchos de nosotros nos hemos plantado de frente a nosotros mismos y si... Acepto se pasa por –Depresión –Ansiedad- Sudoración de manos- Falta terrible de seguridad ante uno mismo y ante los demás –Sentimientos de culpabilidad –Sentimientos de minusvalía –Asco y/o Aversión hacia el propio cuerpo –Miedos repentinos o instalados hacia la oscuridad –Insomnio –Pesadillas –Problemas con los alimentos –Aislamiento (variantes) – Somatizaciones –Evitación de las relaciones sexuales – Falta de satisfacción en el sexo – Autoagresión –Consumo de sustancias –Pensamientos suicidas e incluso intentos.

Creo que se pasa por ellas, creo que todos podemos marcar varias de la lamentable lista, sin embargo creo también que desde cada experiencia, por muy terrible que sea se va/se puede ir “superando” se cae en una u otra secuela o se vive con alguna que prevalece en mi caso el miedo a la oscuridad es la que siempre ha persistido, el resto también las he presentado en tiempos y momentos específicos de mi trayecto a sanar.

Hoy reconozco que no soy un ser “abominable”, reconozco que las secuelas con las que hemos vivido son únicas para cada sobreviviente, como lo fue la experiencia de ASI. Hoy reconozco que soy LIBRE para elegir, para poner límites, hoy reconozco que mi cuerpo es valioso y digno y merecedor de respeto mismo que esta lleno de belleza y sensaciones igualmente bellísimas. Hoy reconozco que mis sentimientos valen como vale mi persona. Reconozco que puedo hablar o no hacerlo pero por mi propia decisión.

Hoy reconozco que no somos un “conjunto o una mezcla de secuelas” ¡Somos mucho más que eso!

Alma B.

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