Es increíble ser consciente hasta qué punto,siguen influenciándonos nuestras conductas de supervivencias aprendidas a golpes de miedo,terror o desengaño.
Creer que de nuevo te la juegan,sentirte utilizada,ignorada,todo está a la orden del día cuando el hecho proviene de alguien a quien quieres y una vez más te sientes inferior o defraudada.
Creemos haber llegado a conocer la felicidad,e incluso te sientes plena y cuando una piedra de esos cimientos en los que has basado tu recuperación se empieza a mover,temes que todo lo construido con tanto esfuerzo se vaya al garete.
Y aquí es donde nos engañamos,porque seguimos siendo las mismas personas de hace cuatro días,sólo ha cambiado nuestra actitud,por cansancio,por agotamiento físico,por un exceso de energía por alcanzar las metas deseadas,y no verlas cercanas,y entonces la ansiedad y la desesperación se disparan.
Todo el mundo nos pinta la recuperación como un camino arduo y difícil y es cierto que lo es,pero dónde empieza este camino, y dónde acaba?
No sé el día que yo empecé a caminar,sólo sé que sin planificarlo me vi en él.
Es cierto que muchas veces deseé ser "normal" y que eso que siempre estaba en mi cabeza desapareciera,y había momentos en los que me preguntaba qué tendría el resto del mundo en la cabeza mientras yo sólo podía pensar en esto.
Llegó un momento en el que se convirtió en obsesión,sólo vivía para y por los ASI.
No puedo entender como esa sociedad que no ve está tan ciega.
Cuando llegué a este punto,y mi propio psicólogo me recomendó dejar los estudios,sin saberlo,dejaba escapar un sueño,en el que me había refugiado durante años.
Estaba en COU y la verdad es que aunque mi único deseo era abandonar mi pueblo,no tenía ni idea de lo que haría con mi vida,así que la recomendación de aquel psicólogo,supuso,una vez más un descanso para mi mente.
Durante años ,no fui consciente de lo que supuso aquella decisión,y creo que supuso el principio de ese camino tan largo,lleno de fuertes pendientes,y grandes bajadas a un precipicio sin fondo.
Recuerdo cómo llegado a este punto,me importaba bien poco el qué dirán,y si bien no es que fuera gritando lo que me había pasado ,sí es cierto que bastaba poco para que yo se lo contara a alguien.
Era la justificación para todo,mi falta de deseo sexual,mi ludopatía,mi alcoholismo,mi falta de autoestima,mis deseos de autodestrucción....y he dicho los más gordos,porque también me valían para justificar el hecho de no estar nunca en casa,el no sonreír,el no salir con chicos,el no bailar,el no arreglarme,el raparme la cabeza,era toda una justificación.
Pero un día te das cuenta que en este largo camino,ya dejaste atrás las justificaciones,y que llevas andado más de la mitad,y aún así lo único que te sirve de justificación es la culpa que te sigue acompañando.
Y es cuando despiertas ,cuando decides ser realista y racional ,cuando descubres que la culpa la tuvieron otros y por lo tanto ya no sirve de justificación.
Te agarras a esa culpa,y se la vas devolviendo a esas personas que de verdad la tuvieron,a cada uno en su justa medida y cuando lo has logrado,es cuando te das cuenta que el camino está llegando a su fin,que ya nadie puede contigo y que eres capaz de todo.
Así ha sido mi camino,y como me queda un fleco colgando,y quiero resarcirme de lo que me quedó pendiente,me pondré a ello.
Durante toda mi vida ,las personas que me rodeaban ,desde profesores a familiares,vecinos,todo el mundo alabó mi gran inteligencia,que quedó desaparecida en séptimo de EGB,escondida tras el horror de una navaja.
También he conseguido hacer desaparecer esa navaja,y a mis treinta y seis años ,decido retomar los estudios.
Es mi gran espinita clavada,esa que aún no me he podido quitar,mi fleco pendiente...
Y como ya puedo con todo,este año,me matricularé en la UNED y a cumplir mi otro sueño,estudiar.
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