sábado, 1 de septiembre de 2012

Una vida entera callando.


Una vida entera callando. Vergüenza y miedo atenazaban mi secreto y me impedían algo tan simple como hablar.


Y sin embargo ahora pienso que es la única manera de sanar mi alma.

Empecé a escribir como un intento desesperado para combatir el insomnio. Al principio lo hacía sólo para mí,como un desahogo. Un día decidí dar un paso adelante,abrir este blog y compartir mis pensamientos,mis emociones y mis recuerdos.

Simplemente hablando he llegado a donde estoy. No estoy “curada” ni mucho menos,me queda muchísimo camino que recorrer,pero se donde estoy y hacia donde voy. Eso es grande.

Expresarme,compartir todo el asco y el dolor incrustados durante años como una parte de mi,ha sido y es completamente liberador.

No se en que punto se pierde el miedo al que dirán,a que te miren diferente. Tal vez entender que nunca tuve la culpa fue el paso determinante para vencer la vergüenza.

Después de 32 años por fin soy yo de verdad,por fin me arranqué ese antifaz y empecé a sentirme viva.

Romper el silencio,una frase vacía la primera vez que la leí hoy me ha llenado de esperanza.

Sacar toda la infamia que llevo dentro ha sido mi gran aliado. Estaba tan perdida,tan paralizada que cosas tan sencillas como dormir o salir de casa eran absolutamente imposibles.

Agorafobia,fobia social,insomnio,ansiedad.. Todo tenía una causa,el abuso.

Es más fácil creer que te quedas en casa,encerrada y muerta en vida por pereza o que no descansas por que al no hacer nada en todo el día tu cuerpo no esta cansado,vagancia pura.

Pero con tanta culpa las ganas de vivir y de luchar habían desaparecido por completo. Era tan cobarde que me dejaba llevar día tras día sin atreverme a tomar una decisión que me sacara del agujero. La única salida que encontraba era esa que no tiene vuelta atrás,me sentía incapaz de enfrentar al mundo.

Tuve un punto de inflexión,hubo un clic en mi cabeza que sembró la duda. El autoengaño que me hacia creer que los abusos estaban superados por omisión,ignorarlos y fingir que nunca existieron siempre fue mi método de supervivencia,se rompió al buscar información sobre las secuelas.

Porque no tenía una,tenía muchísimas y por primera vez encontré un sentido y un porque a todo.
Empece a hablar en el foro,dejé de sentirme sola al descubrir que por desgracia mi caso no era un hecho aislado.

Hoy en día en nuestra sociedad se puede hablar sin tapujos de casi todo,menos del abuso. El mayor tabú y paradojicamente la única forma de sanar.

Sentirme comprendida por primera vez me dio alas y emprendí el vuelo. Busqué terapeutas y marque un hasta aquí a mi situación.

Salí del encierro,y poco a poco reconstruyo los pedazos de mi vida.

Sacar todos esos sentimientos nefastos y autodestructivos los minimizó. Podemos saber que no somos culpables o que no hay nada de que avergonzarnos,pero hasta que no lo creemos no dejaremos de sentirlo así.

No he eliminado por completo mis cargos de conciencia,pero si entiendo que no hay nada que esconder.

Es un tema incómodo para casi todos,pero ignorar que el abuso existe sólo le da poder a los abusadores.

Ultimamente escribo mucho menos,porque ha ocurrido algo mágico. Antes necesitaba liberar el torrente de emociones que me invadían cada noche para conciliar el sueño. Ahora por primera vez en años consigo hacerlo yo sola,sin pastillas.

No todas las noches es así,cada recuerdo es una pesadilla y un altibajo,pero expresarme libremente es el mejor somnífero.

Tengo aún muchas cosas que decir,me queda mucho camino por recorrer y seguiré con mi terapia particular. Hablar a través de este espacio y con quiera escuchar.

Hasta que no comencé a sacar fuera tanto silencio fui prisionera de los sentimientos que conlleva.
Aún no soy libre del todo,pero me siento más ligera. La mochila está cada día menos cargada.

Quiero dedicar esta pequeña reflexión a todos aquellos que me ayudaron a abrirme,pero sobre todo a todos aquellos que aún no se atreven a romper el silencio. Porque yo estuve ahí y el dolor es inmenso. Antes sentía que era absurdo destapar mi otra cara,hoy siento que es necesario por mi,por nuestros niños y por todos los supervivientes que aún no han encontrado el camino.

ANA

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