jueves, 20 de septiembre de 2012

La importancia de la frecuencia del abuso sexual



A parte del tipo de abuso y de la relación de la víctima con el agresor, la frecuencia e intensidad de la exposición será otro de los factores predictivos del impacto clínico del abuso sexual infantil incestuoso. Una frecuencia que suponga años y que abarque varias etapas del desarrollo psicosexual temprano, será un predictor del tipo de trauma que se configura y del alcance de los trastornos clínicos durante la adolescencia y la edad adulta. Como veremos en el siguiente apartado, este tipo de abusos sexual los hemos clasificado como Traumas por Abuso Sexual (TAS) Crónico-Vincular.

A menor edad y a mayor frecuencia del abuso sexual, independientemente del tipo de abuso, sea este directo o indirecto, con o sin penetración, un abuso sexual incestuoso perturbará la formación clínica de la subjetividad, generando alteración en la constitución subjetiva y presentando formaciones sintomáticas agudas y crónicas.

Cuando el abuso sexual infantil incestuoso se presenta a una edad temprana y abarca una amplia temporalidad, es frecuente encontrar trastornos del desarrollo, o también denominados como traumas del desarrollo, fijándose alteraciones libidinales que generaran descompensaciones mórbidas, expresadas en trastornos clínicos o caracterológicos.

En los abusos sexuales infantiles no incestuosos la variación en la frecuencia e intensidad del abuso cobrará importancia para el tipo de impacto clínico, normalmente más reducido que en el caso de los abusos sexuales incestuosos. De esta forma, el factor fundamental en la predicción del tipo de impacto psicológico a largo plazo del abuso sexual, recaerá no tanto en el tipo de abuso, sino en el tipo de vínculo entre el agresor y la víctima, pues entre más cercana sea ésta más grave el daño psíquico, y más peligro de que la frecuencia e intensidad del abuso sean altas.

Abusos sexuales únicos en etapa de latencia por parte de un desconocido, tendrán un pronóstico más favorable a los abusos sexuales incestuosos, siempre y cuando no exista una alta vulnerabilidad pretraumática. La frecuencia, como podemos ver, tendrá un valor relativo, supeditado a las dos variables anteriores: el vínculo con el agresor y el tipo de abuso.

Por Miguel Angel Pichardo Reyes

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