martes, 12 de junio de 2012

Flashbak, su recuerdo vuelve


De repente una sola imagen cambió toda la percepción de mí misma, estaba leyendo un libro y vi su rostro frente al mío, le vi, y sentí toda su presión de  su cuerpo sobre mi pecho.
Estaba prisionera bajo su cuerpo, entre sus brazos, sin poder escapar a ningún otro lado ¡No había salida! La impotencia, el miedo, el asco se hacían presentes en cada parte de mi cuerpo, convirtiéndose en una losa rígida preparada para aguantar.
Por un instante pude verme a mí misma y no había vida en mis ojos, ni calor en mis mejillas… Estaba muerta en vida para sobrevivir como un animal que intenta que su depredador lo dé por muerto y luego sale huyendo… Mi realidad, es que sólo estaba desconectada de un cuerpo que me llevaría al mismo infierno en el que ahora me encuentro.
Lo vi durante un sólo instante pero tan claro y tan penetrante su mirada que aún no se me acompasa el corazón, aún tengo ese grito ahogado en la garganta queriendo gritar no, queriendo llamar a alguien para que pudiera salvarme… Pero tanto él como yo, sabíamos que jamás lo haría ¿Cómo le explicaría a mis padres y a los suyos que estaba en una cama con él y que lo que estaba sucediendo no lo deseaba?
¿A quién llamar y para qué llamar?
Éste es mi primer recuerdo cuando era una preadolescente pero no puedo dejar de preguntarme cuántas veces ocurrió, en cuántos momentos me arrancó mi infancia e hizo que el ser especial para alguien quisiera decir abusarte.
A veces vuelvo a sentir en mi cuerpo toda esa angustia, regreso a aquella casa, a aquella habitación que era mía y la siento tan extraña… Allí jamás puedo disfrutar del verdadero paraíso que es sino fuera por mi pasado punzante y doloroso.
Saber que este recuerdo es el último y no el primero, saber que ya estaba acostumbrada a desconectar mi cuerpo para no sentir ni su aliento ¿O tal vez sí? Tengo tantas preguntas a las que de momento no puedo dar respuesta, sé que aquel día dije “no” pero sé que aquel día morí un poco más.
Pude correr a esconderme después de bastantes tiras y aflojas, pude salvarme por una vez ¿Y sabéis cómo se esconde una niña en medio de la noche, en una casa compartida y sin poder decirle a nadie lo que estaba pasando?
Me senté sobre mi cama pegada a la pared, en la esquina más alejada, en la que tuviera que subir para alcanzarme de forma que pudiera sentirlo y tal vez , gritar del supuesto susto que me había dado… Me senté y me hice un ovillo sobre mi propio cuerpo, puse la almohada alrededor y alrededor de ésta, todos los peluches que fui encontrando para que no pudiera tocarme, sólo quería que no pudiera tocarme…
Aún no se me ha ido el miedo de aquella noche del cuerpo, aún salto cuando lo veo, mido las distancias y tiemblo. Es mi único recuerdo de los abusos de pequeña, no último de todos pero sí el último grave.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Participa con tus contribuciones y comentarios