martes, 15 de diciembre de 2015

Prevenir el abuso sexual infantil

Los abusos sexuales a menores parecen ser un tema tabú aún a día de hoy. Me ha resultado sorprendentemente complicado dar con datos actualizados sobre la incidencia y prevalencia de las víctimas infantiles de abusos sexuales en España. Sin embargo, no por silenciar los hechos desaparece este grave problema.
Finkelhor señala que en 2005 el porcentaje de víctimas infantiles se situaba entre el 78% y el 89% a nivel mundial. En España, según un estudio de Féliz López, en 1994 un 23% de niñas y un 15% de niños menores de 17 años habrían sufrido al menos un caso de abuso sexual, y de éstos un 60% no habría recibido nunca ningún tipo de ayuda.

En cuanto a los estudios de las Naciones Unidas de 2006, éstos afirman que al menos un 7% de las mujeres (dato que puede variar hasta el 36%) y el 3% de los hombres (variando hasta el 29%) confesaron haber sido víctimas de violencia sexual durante su infancia. Según estos estudios, entre el 14% y el 56% del abuso sexual de niñas y hasta el 25% del abuso sexual de niños fue perpetrado por parientes, padrastros o madrastras.

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La mayoría de estudios sobre el abuso sexual infantil coinciden en que, en su mayoría, las víctimas son niñas, pero es importante que no nos olvidemos por ello de los niños, pues aunque sólo fuera un varón el que es abusado sexualmente, el problema es exactamente igual de grave.

La sexualidad en niños y niñas es un tema del que no se habla en la sociedad generalmente. Se cree, erróneamente, que los niños ‘no tienen’ sexualidad, sin embargo no es así. La sexualidad en los niños y niñas se expresa mediante la curiosidad y la exploración, siendo normal y sano su interés por su propio cuerpo, por las diferencias anatómicas y por el acto sexual.

Aunque estas conductas son sanas, es cierto que pueden preocupar a los padres cuando son excesivas o van más allá de los límites que los adultos consideramos ‘normales’. Ante la duda de si es un indicador de alguna problemática grave, siempre podemos contactar con un profesional para quedarnos tranquilos.

Ahora bien, si lo que nos da miedo es que nuestro hijo, sobrina, nieta o vecino sea víctima de abusos sexuales, la mejor manera de disminuir la probabilidad es la prevención. Se ha demostrado que la actuación desde los centros educativos es efectiva y logra bajar el número de niños afectados. Aun así, no podemos pasar por alto los recursos tan poderosos que podemos ofrecer desde la familia.

- Mejorar el nivel de conocimiento sobre sexualidad de nuestros niños. ¿Cómo? Hablando con ellos sobre sexo, respondiendo a sus preguntas de forma que lo entiendan según su edad, o también ofreciéndoles la posibilidad de que lean algún libro o vean algún documental sobre el tema pero siempre estando accesibles para resolver sus dudas y, de paso, comprobar que la información es fiable.

- Respetarles cada vez que no quieran expresar afecto. Muchos de nosotros tenemos la costumbre de dar excesiva importancia a las convenciones sociales, como lo es, por ejemplo, dar un beso o dos cuando saludamos a alguien. Esto es algo que aprendemos con el tiempo, y a medida que crecemos lo vamos incluyendo en nuestro repertorio de conductas. Pero, mientras tanto, es recomendable respetar el ‘no’ de nuestros pequeños. Si no quieren dar un beso, no hay por qué obligarles. Si les dejamos ser, ellos solos lo aprenderán y, de paso, crecerán con la sensación de estar siendo valorados y respetados, de tener control sobre ellos mismos, y les estaremos dando un recurso fundamental como es el hecho de saber que si no quieren tener contacto físico con otra persona, no tienen por qué hacerlo ni tienen que sentirse culpables por ello.

- Que los padres/madres (u otros familiares o allegados) vivan su propio amor y sexualidad de una forma positiva. Este punto puede hacerse infinitamente amplio, por lo que habría que ver cada situación en particular pues se trata de un tema complejo. Lo que sí es importante que quede claro es que, sin darnos cuenta, podemos estar transmitiendo miedos y limitaciones con respecto a la sexualidad porque nosotros los padecemos. Resolviéndolos en nosotros mismos estaremos ayudando a nuestros niños, ya que somos sus modelos de conducta.

- Evitar obligarles a la fuerza para que hagan lo que los adultos queremos. Aun no tratándose de comportamientos relacionados con la sexualidad, forzar a los niños ‘porque sí’ o ‘porque yo lo mando’, de forma más o menos violenta, es un factor de riesgo a la hora de que puedan defenderse en situaciones de abuso. Si un niño aprende que a la autoridad hay que obedecerla siempre sin cuestionarse los motivos, lo aprenderá en todos los ámbitos de su vida. Lo más adecuado es explicarles siempre el por qué de las cosas, y si no lo que queremos que haga no es algo de vital importancia, respetar su negativa o utilizar otros recursos como la negociación.

- Respetar la intimidad de nuestros niños y niñas. Gestos como llamar a la  puerta antes de entrar en su habitación o en el cuarto de baño (una vez tengan edad de estar ahí solos), vestirlos y desvestirlos con su consentimiento (en la medida de lo posible, pues sabemos lo difícil que resulta hacer esto en medio de nuestro ritmo frenético), etc. Si crecen con el sentimiento de que son dueños de su privacidad les será más fácil defenderla en caso de enfrentarse a una situación de abuso.

- Ayudarles a desarrollar habilidades sociales. Esto significa, entre otras cosas, enseñarles a decir ‘no’ cuando así lo deseen, y la manera más efectiva de que aprendan a decir ‘no’ es respetarles cuando se nieguen a hacer algo  (siempre que no sea algo que vaya en contra de su integridad o la de otra persona, claro). Además, con ello estaremos promoviendo la confianza en sí mismos y su autoestima.

- Confiar en sus ‘instintos’. Si nosotros como adultos confiamos en que nuestros niños saben con quiénes se sienten a gusto y con quiénes son, si respetamos su decisión de no querer pasar tiempo con ciertas personas con las que no están cómodos, estaremos ayudándoles a que confíen ellos también en sus propias sensaciones. Esto les ayudará a rechazar y alejarse de situaciones que puedan resultarles dañinas en un futuro.

Éstas son sólo algunas de las actitudes que pueden ayudar a disminuir el riesgo de nuestros pequeños a sufrir abuso sexual o, en general, cualquier otro tipo de abuso por parte de otras personas. En todo el mundo, una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres afirman haber sufrido abusos sexuales en su infancia. Estos niños y niñas tienen mayores probabilidades de verse implicados en otras formas de abuso en su vida futura, de ahí la enorme importancia de poder proporcionarles el mayor número posible de recursos de protección contra estos delitos. Además, educando y dando a nuestros niños las herramientas necesarias para protegerse de estas situaciones, estaremos colaborando igualmente a que tampoco jueguen en un futuro el papel de la persona que agrede sexualmente.

Esperanza G. Harriero
hola@esperanzaharriero.com

martes, 10 de noviembre de 2015

Y Volví a nacer.

Y Volví a nacer. 
Lo más difícil de enfrentar luego de un abuso sexual en la infancia no es el hecho de decidir si se sobrevive, si se vive, si se muere en vida o si se acaba con ella, aunque conozca muy bien cada una de estás etapas anteriormente mencionadas.
Puede qué se escoja la opción de continuar viviendo y tratar de sobrevivir, luego qué se logra escapar de las situaciones qué realmente pudieron matarme, ser una persona "normal" y tener una vida socialmente aceptable me enfrentó quizás con la segunda prueba de fuego más terrible, me he encontrado conmigo misma tratando de adivinar para qué continuo con vida.
Soy una soldado qué peleo y gano su propia batalla a la muerte pero ¿ ahora que ? Cómo vivir en una sociedad qué nunca va a entender lo qué sientes cada día al regresar a casa, cuándo comienzas tu verdadera realidad, cuándo te quitas la careta y empiezo mi propia lucha con mis demonios.
Recuerdos,  pasado , dolor y una vida sin vida.
Soy una sobreviviente qué se ve a si misma mucho más valiente cuándo era una niña frágil e inocente aunque abusada y callada, logre sobreponerme al dolor , a la indiferencia de mi familia , a la falta de apoyo para continuar pero aún así lo logré,  sobrevivi!!!!
Y ahora me pregunto ¿para qué?  Qué es lo qué deba hacer ahora con una vida a medias sin felicidad ni paz engañando a todos con la idea de qué soy una mujer segura, exitosa y diciendo qué soy una sobreviviente?  No se cuál camino tomar si no me siento felíz. 
No encuentro la razón por la cuál luche tanto por mantenerme con vida, sin vida!!!!
...........

Una sobreviviente más.

domingo, 25 de octubre de 2015

Cuando los relatos del primer abuso sexual de los brasileños invadieronTwitter



Esta semana se estrenaba en Brasil la primera edición infantil del concurso de cocina MasterChef. Como en la versión adulta, las redes sociales han hervido con comentarios, memes y chistes. El problema es que algunos de ellos eran delictivos. En publicaciones realizadas desde varios perfiles de Twitter pudieron leerse cosas como esta: “¿Si es consentido, es pedofilia?”, preguntó uno. “Esta tal Valentina con 14 años será como las secretarias de las películas porno”, dijo otro.
Valentina - una de las participantes-  de pelo liso y rubio y ojos claros, tiene 12 años y parece una niña de 12 años. Pero, aunque pareciera mayor, ¿estarían permitidos este tipo de comentarios? Para Viviana Santiago, especialista en género de la ONG Plan Internacional, que combate la violencia sexual contra las niñas, no. “Cada vez que una persona dice que no sabía que Valentina era una niña, o que no parece que sea una niña, está diciendo que se le puede hacer este tipo de comentario a una mujer”, dice. “Peor que transformar a esta niña en una mujer es el hecho de asumir que a esta mujer la deberían violar”.
La parte buena de esta historia es que Internet es, a la vez, el escenario donde se producen acosos y donde las mujeres se organizan y se expresan de forma colectiva. Al día siguiente del torrente de mensajes desagradables sobre Valentina, ThinkOlga, un think thank brasileño que discute cuestiones feministas, lanzó el hashtag #PrimeiroAssédio (primer abuso). Y miles de mujeres y hombres atendieron al llamamiento. Relataron públicamente la primera vez que sufrieron abuso sexual. O al menos la primera vez que recuerdan haber sufrido algún tipo de abuso. Para Juliana de Faria, una de las mujeres al frente de Olga, el espacio fue importante para poner en evidencia un problema. “Es importante decir que muchas mujeres están hablando por primera vez sobre los abusos que han sufrido”, dice.

viernes, 16 de octubre de 2015

El destino de una víctima sexual en la infancia no es convertirse enagresora en la edad adulta



“En contra de la creencia popular, la mayoría de víctimas de abusos sexuales en la infancia no se convierten en agresoras en la edad adulta. De hecho, aquellas víctimas que sí se han convertido en agresoras, principalmente hombres, presentan otros factores de riesgo, además de la victimación sexual, tales como malos tratos o neglicencia en sus cuidados, cuyo cúmulo los ha llevado a asumir conductas abusivas en la edad adulta”. Con estas palabras resume Ainara Jauregui Sansinenea, licenciada en Derecho por la UPV/EHU (España), su trabajo de fin de grado en Criminología. El trabajo ha sido dirigido por la profesora Gema Varona, investigadora doctora permanente del Instituto Vasco de Criminología de la UPV/EHU, y lleva por título ‘El círculo victimal en la victimación sexual infantil’.

Para realizar su estudio Ainara Jauregui -en base a la criminalidad registrada y sin perjuicio de la victimización oculta- analizó 51 sentencias, principalmente condenatorias, emitidas entre los años 2004 y 2014, tanto por la Audiencia Provincial de Gipuzkoa como por el Juzgado de Menores de San Sebastián, incluyendo en este caso no sólo sentencias sino también expedientes. El trabajo de campo fue completado con entrevistas a dos expertos en el área de los abusos sexuales, un terapeuta y un psicoterapeuta, que ha tratado no solo a víctimas sino también a agresores.

El trabajo constata que en un 38% los abusos sexuales se producen en el seno de la familia y un 35% fuera de la misma, aunque llevados a cabo por conocidos de las víctimas. “Cuando se produce dentro de la familia, en un 40% de los casos que he estudiado, el agresor es el padre biológico y en un 16%, el tío. Sin embargo, cuando ocurre fuera del ámbito familiar, en un 48% el agresor es un amigo de la víctima o de su familia”, subraya Ainara Jauregui. Las víctimas, en su mayoría mujeres (74%), sufren las agresiones sexuales a muy temprana edad, entre los 5 y los 9 años (22%), aunque la gran mayoría de los abusos ocurren entre los 10 y los 14 años (42%). Las víctimas varones a su vez, en su mayoría, en un 22%, sufren las agresiones entre los 10 y los 14 años, y, tiene menor incidencia entre los 5 y los 9 años (7%).

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Ainara Jauregui Sansinenea. (Foto: UPV/EHU)

Las secuelas de estos abusos sexuales en la infancia pueden manifestarse a corto y a largo plazo y pueden materializarse de distinta manera en virtud de diversos factores como la naturaleza o duración de los abusos, la edad de la víctima o su vínculo con el agresor. “En la etapa preescolar estas víctimas pueden mostrar, por ejemplo, una conducta sexual inadecuada, sufrir pesadillas, episodios de ansiedad o sufrir un retroceso en el control de los esfínteres. En el periodo escolar, entre los 6 y 11 años, pueden padecer depresión, sentimientos de vergüenza y culpa, mostrar hiperactividad, problemas de conducta o baja autoestima, entre otras consecuencias. En cuanto a la adolescencia, pueden mostrar, por ejemplo, conductas autolesivas, suicidas, antisociales -al participar en actos delictivos, por ejemplo- o de alto riesgo –como prostituirse- pudiendo, en este caso, llegar a sufrir una revictimización”. Sin embargo, resulta imprescindible recalcar que “no existe un único patrón de síntomas, sino que dependerá de una serie de factores que atenuarán o, por el contrario, agravarán las secuelas del suceso en cada caso, por lo que no necesariamente estarán presentes en todas y cada una de las víctimas”.

Sin embargo, existe un gran silencio en torno a la victimización sexual infantil y, en muchos casos las agresiones no son denunciadas. “Uno de los elementos esenciales del abuso sexual infantil es el secretismo –se lleva a cabo en secreto y, demasiadas veces, así suele permanecer-. Por ello, la cifra negra existente en este ámbito es enorme, de tal forma que se da el fenómeno que muchos denominan la punta del iceberg, en el que se tiene constancia de un mínimo de casos, mientras que la gran mayoría son silenciados por miedo o vergüenza, entre otros motivos”.

Este hecho cobra especial gravedad, en palabras de Ainara Jauregui, “si tenemos en cuenta que el abuso sexual infantil constituye un gravísimo problema de salud pública, ya que puede llegar a acarrear consecuencias devastadoras para sus víctimas. Así, si bien es cierto que la gran mayoría supera esta situación, existen víctimas que, por su inferior capacidad para hacer frente a un hecho traumático o por su mayor vulnerabilidad, quedan gravemente dañadas hasta el punto de que algunas de ellas incluso pueden llegar a convertirse ellas mismas en agresoras de menores”. Sin embargo, el trabajo realizado constata que no existe una relación causa y efecto. “Para llevar a cabo la transformación de víctima a agresor deben entrar en juego otros factores de riesgo, no solo la victimación sexual sufrida en la infancia”, subraya. (Fuente: UPV/EHU)

domingo, 27 de septiembre de 2015

Los chicos no mienten: la dura historia de Daniela Lezcano



Por Mariana Portilla, de la redacción de NOVA
Daniela Lezcano, psicóloga con especialización en maltrato y abuso infantil, enfrenta un juicio en el Tribunal Oral Criminal Número 1 de Tandil luego de que el dibujo de una nena a la que atendió apareciera adulterado con una mueca de tristeza.
El hecho aconteció en 2010 cuando la menor, después de un año y medio de terapia, llegó a su sesión semanal con un hematoma a la altura de la cadera y le relató a la profesional que se había golpeado en una situación de forcejeo.
“Me cuenta que su padre la había querido abusar. Le informé a la madre de la situación, le entregué los dibujos que su hija había hecho en terapia y ella los llevó a la Comisaría de la Mujer, donde realizó la denuncia.  El equipo técnico del Juzgado de Familia evaluó a la nena, establecieron que había indicadores de abuso sexual y le impusieron una restricción de contacto al padre”, repasó Lezcano en diálogo con NOVA.
En 2011, y a raíz de declaraciones a la prensa de Patricia Perelló, abogada defensora del presunto abusador, el fiscal Marcos Eguisquiza le notificó que era investigada por falso testimonio y falsificación de instrumento privado.
“La acusación radica en que yo tergiversé o toqué los dibujos. Uno de ellos estaba completo: había caras tristes y una casa, que la criatura no había hecho porque sus trazos eran mucho más básicos. Pero yo tampoco lo hice”, señaló la profesional.
Ante la posibilidad de que Lezcano hubiera inducido a la menor a denunciar a su padre, el caso fue elevado a juicio y el fiscal solicitó una condena de ejecución condicional y la inhabilitación de dos a cinco años para ejercer como psicóloga.
“Hay que fijarse bien en qué manos estuvieron los dibujos, ya que pasaron un año y media sin cadena de custodia en la Comisaría de la Mujer”, indicó.
Eguisquiza consideró fundamental la declaración de la menor en Cámara Gesell, quien durante su relato no hizo ninguna alusión al abuso sexual investigado.
Sin embargo, la psicóloga consideró que las preguntas que realizó el perito oficial puntualizaban en la actividad que la niña mantenía con ella: “La interrogó sobre lo que hacía en mi consultorio y si recordaba lo que había dibujado aquel día. Intentaron decir que yo la ayudaba a hacer los dibujos”.
Actualmente, Lezcano continúa trabajando a pesar que en 2012 el Colegio de Psicólogos del Distrito Ocho, al cual pertenece, le impuso como sanción administrativa el bloqueo de su matrícula y la inhabilitación para ejercer por dos años.
“Dieron por hecho que induje a la niña y falsifiqué la documentación, pero apelé. Éste fue el único Colegio que no se pronunció y repudió el Síndrome de Alienación Parental (SAP)”, manifestó la profesional.
El SAP, invalidado por dos dictámenes del Congreso de la Nación, es la estrategia de los denunciados en descalificar la voz de sus denunciantes alegando que no es la palabra real de niños y niñas sino la de las madres, en la mayoría de los casos.
Rechazos y adhesiones
“Leo muy poco los diarios porque me hace mal. Hace cinco años que estoy atravesando esta situación y me parece injusto. El multimedio local baja línea contantemente para perjudicarme”, expresó Lezcano, quien aseguró que en Tandil hubo múltiples casos de abuso sexual que generaron que un grupo de familias se autoconvocaran para hacer las denuncias públicas al Ministerio de Justicia de la Nación.
“El fiscal tiene como propósito instalar que un psicólogo puede fabricar pruebas. Eso es muy grave porque estaríamos hablando que los adelantos de los profesionales y organizaciones que luchan por los derechos de los niños quedan por tierra”, advirtió.
Lezcano también afirmó que su abogado patrocinante, Carlos Zimerman, está realizando “un excelente trabajo” y recordó que llegó a ejercer su defensa a pedido del Gobierno nacional, luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomara conocimiento de la “persecución judicial y personal que estaba viviendo”.
En este sentido, informó que cuenta con dos  Amicus Curiae en apoyo a su persona y labor en pos de los derechos de los niños vulnerados por el delito de abuso sexual. Ambas presentaciones fueron realizadas por el Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CASADICN) y el Colectivo Nacional de los Derechos de la Infancia y Adolescencia. Asimismo, agradeció el respaldo de funcionarios provinciales y nacionales.
El martes 29 a las 10 de la mañana, organizaciones sociales que luchan contra este flagelo llevarán a cabo una radio abierta en las puertas del Tribunal en apoyo a la psicóloga.
“Este juicio es una bisagra para que no se repita la persecución judicial a ningún otro profesional que trabaje en la visibilización del delito de abuso sexual infantil con el fin de acallarlo”, finalizó Lezcano. 

jueves, 18 de junio de 2015

ROMPER CON EL SILENCIO


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PRISIONEROS ASI

martes, 12 de mayo de 2015

Las 4 leyes del desapego para la liberación emocional.

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Las 4 leyes del desapego para la liberación emocional

Es posible que la palabra “desapego” te cause cierta sensación de frialdad e incluso de egoísmo emocional. Nada más lejos de la realidad. La palabra desapego, entendida dentro del contexto del crecimiento personal, supone un gran valor interior que todos deberíamos aprender a desarrollar.
Practicar el desapego no significa en absoluto desprendernos de todo aquello que nos es importante, rompiendo vínculos afectivos o relaciones personales con quienes forman parte de nuestro circulo personal.
Significa básicamente saber amar, apreciar e involucrarnos en las cosas desde un punto de vista más equilibrado y saludable, liberándonos a su vez de esos excesos que nos ponen cadenas y que nos amarran. Que nos cortan las alas.
La liberación emocional es darnos la opción de vivir con más honestidad de acuerdo a nuestras necesidades, ofreciéndonos a su vez la opción a crecer, de avanzar con conocimiento de causa. Sin dañar a nadie, sin que nadie nos ponga tampoco su cerco camuflado con las cadenas del amor pasional, filial o incluso materno.
Aprendamos, pues, a poner en práctica estas sencillas leyes sobre el desapego…

Primera ley: eres responsable de ti mismo


Nadie va a retirar cada piedra que te encuentres en tu camino, al igual que nadie va a respirar por ti ni se va a ofrecer como voluntario para cargar tus penas o sentir tus dolores.Tú mismo eres artífice de tu propia existencia y de cada paso que das.
14 preciosas razones para practicar el amor propio
Así pues, la primera ley que debes tener en cuenta para practicar el desapego, es tomar conciencia de que eres pleno responsable de ti mismo.
-No pongas en el bolsillo de los demás tu propia felicidad. No concibas la idea de que para ser feliz en esta vida, es esencial encontrar una pareja que te ame, o tener siempre el reconocimiento de tu familia.
-Si el barómetro de tu satisfacción y felicidad está en lo que los demás te aportan, no conseguirás más que sufrimiento. ¿La razón? Pocas veces lograrán cubrir todas tus necesidades.
-Cultiva tu propia felicidad, siéntete responsable, maduro, toma conciencia de tus decisiones y de sus consecuencias, elige por ti mismo y no dejes nunca que tu bienestar, dependa siempre de corazones ajenos.

Segunda ley: vive el presente, acepta, asume la realidad


En esta vida, nada es eterno, nada permanece, todo fluye y retoma su camino tejiendo ese orden natural que tanto nos cuesta asumir a veces. Las personas estamos casi siempre centradas en todo aquello que ocurrió en el pasado y que, de algún modo, se convierte ahora en una dura carga que altera nuestro presente.
Esas desavenencias familiares, ese trauma, esa pérdida, ese fracaso sentimental o esa frustración no superada. Todo ello son anclas que nos aferran, que ponen cadenas en nuestros pies y anzuelos en nuestra alma.
Es un apego tóxico y poco saludable que nos impide avanzar en libertad y plenitud.
Acepta, asume y aunque te cueste, aprende a perdonar. Te hará sentir más liberado y te ayudará a centrarte en lo que de verdad importa, el “aquí y ahora“, este presente donde tienes tu verdadera oportunidad. ¿A qué esperas?

El buscador y la verdadera existencia

Tercera ley: promueve tu libertad y permite ser libres también a los demás

 Asume que la libertad, es la forma más plena, íntegra y saludable, de disfrutar de la vida, de entenderla en toda su inmensidad.
No obstante, ello no impide que podamos establecer vínculos afectivos con otras personas, porque también ello forma parte de nuestro crecimiento personal. Saber amar y saber recibir amor.
No obstante, el desapego implica que nunca debes hacerte responsable de la vida de los otros, al igual que los demás, no deben tampoco imponerte sus principios, sus ataduras o cadenas personales para aferrarte a ellos. Es aquí donde empieza el auténtico problema y los sufrimientos.

50 tips para ser valiente

Los apegos intensos nunca son saludables, pensemos por ejemplo en esos padres obsesivos que se exceden en la protección de sus hijos y que les impiden poder madurar, poder avanzar con seguridad para explorar el mundo.
La necesidad de “despegarse” es vital en estos casos, ahí donde cada uno debe salir de los límites de la certidumbre para aprender de lo imprevisto, de lo desconocido.

Cuarta ley: asume que las pérdidas van a sucederse tarde o temprano


Volvemos de nuevo a la misma idea: aceptar que, en esta vida, nada puede contenerse eternamente.La vida, las relaciones, e incluso las cosas materiales, terminan desvaneciéndose como el humo que se escapa de una ventana abierta o el agua fresca que resbala por nuestros dedos.

Sonambulismo

Las personas se irán, los niños crecerán, algunos amigos dejarán de serlo y algunos amores se irán del calor de tu mano… Todo ello forma parte del desapego, y como tal, hemos de aprender a asumirlo para afrontarlo con mayor integridad. Con mayor fuerza. Pero lo que nunca va a cambiar, es tu capacidad de querer. Y debes empezar siempre por ti mismo.

martes, 21 de abril de 2015

Hablar con los alumnos sobre el abuso sexual aumenta el reporte de casos




(Reuters Health) - Los niños que aprenden en la escuela aprevenir el abuso sexual son más propensos a reportarlo que losniños que no reciben información al respecto, según indica unarevisión de la literatura médica.
Esto, para la autora principal, refuerza los hallazgosprevios. "El programa escolar aumenta el conocimiento que losniños tienen sobre lo que significa el abuso sexual infantil ymejora sus habilidades para reaccionar ante situaciones deriesgo", dijo vía e-mail Kerryann Walsh, de la UniversidadTecnológica de Queensland, Brisbane, Australia.
Pero aclaró que "ese tipo de programas no son una vacunacontra el abuso sexual infantil".
Su equipo revisó 24 estudios sobre los programas deprevención escolares que incluían información de casi 6.000alumnos primarios y secundarios de Estados Unidos, Canadá,China, Alemania, España, Taiwán y Turquía.

Los programas tenían distintos métodos, pero muchosinstruían a los niños en la seguridad personal, el derecho adecidir sobre su cuerpo, las partes privadas del cuerpo, ladistinción entre los distintos tipos de contacto físico ysecretos, y con quién hablar en caso de un abuso.
Algunos diseños incluían películas, canciones, marionetas,libros o juegos, mientras que otros proponían el juego de rolesy el debate. Las versiones más breves ofrecían desde una sesiónde 45 minutos hasta ocho clases diarias consecutivas de 20minutos.
El equipo observó que los participantes habían adquiridoinformación sobre las conductas protectoras y la prevención delabuso sexual. Ese efecto, de acuerdo con cuatro estudios, durabapor lo menos seis meses.
Cuatro de cada 1.000 niños que no habían participado en losprogramas reportaron algún tipo de abuso sexual, comparado con14 de cada 1.000 niños que habían participado en esasintervenciones preventivas, según publican los autores enCochrane Library.
En la práctica, Walsh observe que los programas parecieronaumentar la denuncia de casos, aunque muchos de los estudiosrevisados no precisaban esa información.
"En la pequeña cantidad de estudios que lo hicieron, losdatos eran imprecisos, de modo que llegamos a la conclusión deque los programas elevan la denuncia de los casos con laaclaración de que se necesitan más estudios para demostrar queese sea el efecto real", indicó Walsh.
El equipo no detectó un aumento o una disminución de losniveles de ansiedad o temor en los niños.
La revisión respalda el uso continuo de los programas deprevención en la escuela. Walsh dijo que se utilizan en EstadosUnidos desde los años 80 y, ahora, en muchos paísesdesarrollaros y en algunas naciones en desarrollo.
"Estos programas son similares a los programas de prevencióninteractivos que se utilizan en las escuelas para prevenir eltabaquismo y la adicción a las drogas con probada efectividad",opinó Elizabeth L. Jeglic, que investiga sobre la delincuenciasexual en John Jay College of Criminal Justice, Nueva York, y noparticipó de la revisión. Dijo que los nuevos resultadossugieren la necesidad de sostener y estandarizar las estrategiaspreventivas.
Georgia Babatsikos, que investiga sobre el abuso sexualinfantil en la Universidad de Deakin, Victoria, Australia,recomendó comenzar a hablar con los hijos sobre el abuso sexualentre los tres y cuatro años de edad con un lenguaje adecuadopara la edad y consejos de cuidado y seguridad personal.








lunes, 6 de abril de 2015

Un cuento de sueños…


Un cuento de sueños… 

Uno no, es El cuento de los sueños de los Elefantes voladores, Su princesa, la mariposa de la princesa y la mágica dulce voz de Macha. El cuento de la oruga que vivía dentro del corazón de la princesa de los elefantes, esa oruga inocente y cariñosa que algún día se hará mariposa, y descubrirá el nombre de la princesa, y entonces, solo entonces, esa niña se podrá ir ayá, lejos, muy lejos con los elefantes voladores, a donde pertenece… Justo allí, donde a lo lejos alguien canta. A lo lejos la princesa de los elefantes canta y cantará su canción. No es el viento.   

Había una vez un cuento de una niña, y no una niña cualquiera, era ella la princesa de los elefantes. En el principio de los tiempos, los cielos estuvieron cubiertos de elefantes voladores. Cada noche yacían en el mismo lugar del cielo y soñaban. Cuando miramos las estrellas, estamos mirando los imparpadeantes ojos de los elefantes, que duermen con un ojo abierto… Pues esta pequeña niña quería conocer el sonido del aire, el sabor de la lluvia, y jugaba, pero por sobre todas las cosas, la princesa de los elefantes quería conocer su nombre, alguien se lo había estado robando, alguien le estaba cortante sus alas, pero pese a ello, ella jugaba, como una otra pequeña normal, nada se lo impedía, cuando se caía lloraba como otra niña normal, y también cantaba como otra niña normal, cantaba porque tenia una canción, no tenia ninguna respuesta, pero tenia sueños, que no correspondían a los protocolos de su familia, pero también habían muchas cosas que no debían ser ni pasar en su familia, pero pasaban, y como pasaban y no podían pasar, las tenia que ocultar, esconder, hacer pelotillas y guardarlas dentro, muy dentro de su corazón, donde no hiciesen nada de ruido, solo el pequeño sonido muy parecido al caminar de los alacranes, solo ese sonar que ella podía escuchar, que ella podía omitir que ella podía ocultar su existencia, callar, pero tanto silencio pesaba mucho, ella sentía un toro, un grandote y cornudo toro cafe dentro en su pecho que podía escuchar, aveces, crecía, aveces se hacia pequeño, aveces no la dejaba respirar, aveces no la dejaba pensar, aveces no la dejaba cantar, aveces no la dejaba escuchar… y aveces, solo aveces, no la dejaba soñar… Pero eso, solo aveces… Ella aun quería conocer su nombre, el sonido del viento, el sabor de la lluvia, el sonido y el sabor de las estrellas. 

Un día conoció a una voz, Macha, una voz, la voz de una joven mujer, o una joven chica, la Macha que pudo tocar, pero nunca ver, tenia linda y suave velluda piel, parecía buena, pero jamás la pudo ver, ella creía que era una muñeca: parlante, tímida, suave, un ángel!, debe ser un ángel encerrado ahí!. Un ser mágico brillante y misterioso, pero un ser bueno, y también observador, que se dio cuenta de su carga y sus pelotillas silenciosas dentro de ella. Pero Macha no se lo pregunto, le dijo nada, prefirió esperar a que fuera el momento, a que se acumularan mas pelotillas. Y esperar a conocer sus sueños, sus deseos. Y esperó, y esperó, y esperó a que terminaran de robarle su nombre, pero por su puesto que Macha tampoco lo sabía, no tenia como saberlo, solo sospecharlo, Macha solo le decía: no pierdas tu nombre, no dejes que roben tu nombre… Pero ninguna de las dos supo como. Y cantaban!..

Paso el tiempo, y la princesa de los elefantes aun quería conocer el sonido de aire, el sabor de la lluvia, y cantaba, le cantaba al viento, inventó una cometa, un papalote para mandarle cartas al viento. Como el viento no sabia leer, la pequeña princesa de los elefantes hacia garabatos en el sobre para que el viento se riera un rato, pidiendo que le mandara unos ratitos de sol a la princesa, y pidiéndole que refrescara al sol cuando tuviera calor… Y un buen dia la princesa de los elefantes escucho: al viento, lo escucho cantar. No pierdas tu nombre, cantaba, no dejes que se roben tu nombre, esta dentro de tu corazón, no lo olvides, no eres propiedad de nadie, de nada, no te pierdas…  Pero quizás fue muy tarde, y esa tarde muy tarde, llovió, tan fuerte llovió que cayo agua de todos colores, de todos sabores, ácidos, amargos, algunos con olor a veneno, algunos con sabor a cajeta a azúcar a pan!, a un montón de rico dulce y suave pan!… Y eso le hizo recordar a la princesa de los elefantes sus sueños, sus juegos, sus canciones, y de la pura emoción, lloró, cansada de hacer pelotillas, cansada de guardarlas y pretender no escucharlas, cansada de esconderlas para que a los demás no les moleste el ruido, porque eran pelotillas que no correspondían a los protocolos de su familia, y como no debían ser, ella debía callar, pero dentro de ella vivía esa oruga que sentía su paz, su calor, su inocencia y le recordaba que aun había amor, ilusión, inocencia, esperanza!, y lloró de esperanza, de alegría, y sintió tanta paz, no logró encontrar su nombre, pero sabe que debe estar dentro de su corazón, se lo ha dicho el viento, lo supo con el sabor de las gotas de lluvia… Y buscó…

Macha la dulce voz, descubrió una forma de sacar las pelotillas, encerrar las emociones que estas generaban dentro de un frasco de vidrio y sellarlo con magia para no volver a saber de ellas jamás, parecía que funcionaba, la princesa se sentía mejor… pero al tiempo que iban a la mitad, empezó a lucir pálida, tiesa, se sentía con frío, rígida, y un vacío  extraño, como si esas pelotillas fueran ya parte de ella, y lo eran, no era la forma de deshacerse de las pelotillas, la princesa hermosa de los elefantes se estaba convirtiendo en piedra, Macha la voz, se empezó a volver tenue, desilusionada por lo que estaba ocasionando en la princesa, se estaba convirtiendo en un pequeño elefante de piedra, hermoso mármol blanco, pero piedra de igual forma. Pero ambas escucharon al viento cantar, no pierdas tu nombre, no te pierdas, recuerda quien eres, recuerda tus sueños, recuerda tus juegos, recuerda tus cantos, recuerda tu canción, solo recuerda… Y canta! Canta como el viento, canta!…  

Y la pequeña hermosa princesa de piedra, empezó a cantar débilmente con lo poco que le quedaba de vida al elefante de mármol blanco. Pálida, ojerosa y débilmente cantó su canción, canto sus sueños, canto sus deseos, y sus juegos, cantó y cantó y poco a poco empezaron a romperse todos los frascos sellados con magia, y se empezó a llenar de una mágica resplandeciente luz, todas sus pelotillas, todas juntas formaron un enorme toro cafe de inmensos cuernos negros y cola de alacrán, silencioso, calladito, shhhh, solo emitía el sonar de las patitas de los alacranes contra el suelo, un sonar muy parecido a cadenas arrastradas sobre un suelo de mármol. Macha la voz, ahora lo recordó todo, debía enseñar a la princesa a deshacer cada pelotilla, trabajarla, deshacerla y volver a introducirla dentro de su corazón y su alma, así y solo así la oruga encontrará la salida para convertirse en bella mariposa, y volar, y hacer que la princesa pueda irse al lugar donde pertenece, con los elefantes voladores. Y cantó, y jugó y soñó y lo hicieron. Macha, dulce voz guía a la princesa con fe y amor… 

Entonces, empezaron, una a una, pelotilla a pelotilla, las había grandes, pequeñas, gigantes, y de todos colores, sabores, sentimientos y emociones. Y lo hicieron, el toro se fue haciendo cada vez mas pequeño, cada vez mas débil cada vez menos imponente, cada vez más pálido, y ahora el se estaba convirtiendo en una pequeña piedra de río pulida en forma de toro, con cola de alacrán. Y así pequeño, la princesa lo pudo guardar y lo pudo cargar, porque siempre será parte de ella, y siempre estará ahí, dentro, pero sin peso, sin dolor, sin silencio, sin batallas ni guerras, ni pretender cosas, ahora podía ser libre, ahora podía ser ella misma, ahora…

Ahora la hermosa oruga que estaba dentro del corazón de la princesa empezó a emerger: inocente, cariñosa, tierna tímida pero segura, a paso firme, iluminada con la inocencia de la princesa, impulsada a ritmo de su canción, motivada por sus juegos, sacaba las fuerzas de sus sueños y ahí, en su pequeña espalda, cargaba con algo misterioso, una piedra sin pulir, y la oruga cariñosa emergió, se miró al espejo del alma de la princesa y le gustó lo que vio, así que comenzó su transformación, poco a poco segundos a minutos a horas a días a semanas a meses, tal vez a años… su proceso terminó, y estaba lista para salir, hermosa cristalina crisálida salió una apantallante y hermosa mariposa, y le entrego su nombre a la hermosa princesa de los elefantes, muy dentro de su corazón se encontraba, ahora era un diamante, era esa piedra pulida que se convirtió en diamante precioso en el interior, todos los colores del arcoiris, arcoiris que provocan esas mágicas risas de todos los niños. Y la princesa de los elefantes lo recordó todo, recuperó sus alas, recupero su nombre, ahora estaba lista para partir, ahora estaba lista para ir aya, lejos muy lejos de todo dolor, de todo silencio, de todo protocolo tonto, ya estaba lista para ir aya donde el viento canta y los elefantes vuelan y nos vigilan con sus imparpadeantes ojos. Son las estrellas, la princesa de los elegantes elefantes voló y cantó, no porque tuviera una respuesta, cantó porque tenía su canción, y jugó hasta llegar aya, y soñó. Y recordó, lo recordó todo… Macha la dulce voz, le repitió: Lo que importa, no es lo escrito en la página. Lo que importa, es lo escrito en el corazón. Recuérdalo todo. Pero el toro no duele más. Recuerda tus sueños... Olvida el resto. Recuerda. El viento le cantó: Vuela por el camino del elefante, vuela! Y VOLÓ! A lo lejos alguien canta, es esperanza, y no es el viento, tampoco es Macha… Es la hermosa pequeña princesa de los elegantes elefantes. es esperanza...  Y VOLÓ Y CANTÓ Y SOÑO.

Anónimo 
Miembro de ASI Nunca MáMéxico