lunes, 31 de octubre de 2011

DECIR LA VERDAD


  • El resto de este capítulo proporcionará algunas guías prácticas para hablar sobre tu abuso. Tendrás la oportunidad de hacer elecciones acerca de con quién quieres hablar, planear lo que quieres decir y cuándo quieres decirlo. Serás cuestionada(o) acerca de si hay cosas que no quieres decir. ¿Hay personas a las que no les quieres decir? ¿A las que no estás lista(o) para decirles? ¿Hay ocasiones en las que sólo quieres compartir parte de tu historia? Yo [Laura Davis] atravesé este dilema la primera vez que estaba investigando sobre El Coraje de Sanar. Iría a una fiesta y la gente me preguntaría a qué me dedico. Y yo diría que soy escritora. Ellos preguntarían, “¿Has publicado?” Y yo diría “Sí”.(Yo siempre respondo con monosílabos).
  • Entonces ellos preguntarían, “¿Qué escribes?” Y yo diría, “No ficción”. Y entonces, si ellos fueran muy persistentes, preguntarían, “¿Qué clase de no ficción?” Ese es el punto sin retorno. Yo respiraría profundo y diría, “Bien, en realidad, estoy escribiendo un libro para mujeres acerca de sanar del abuso sexual en la infancia”. En ese punto, una de tres cosas ocurriría: o bien pondría una mirada de pánico y se alejaría de mí lo más rápido posible; se ofuscaría, su cara palidecería; o ellos empezarían a contarme su propia historia o la historia de alguien que conocen. Era predecible.
  • Al principio yo [Laura Davis] disfruté hablar acerca de ser sobreviviente. Era empoderador. Me sentía orgullosa de lo que estaba haciendo y quería educar a la gente acerca del abuso sexual. Yo sabía que si yo hablaba de mi propio abuso, le daría a otras personas el permiso de hablar acerca del suyo. Pero después de un tiempo me enfermó el ser una sobreviviente de incesto profesional. Quería bailar y coquetear y comer y platicar acerca de temas superficiales cuando estaba en fiestas. Sabía que era momento de cambiar de estrategia. Me llevó a preparar historias acerca de a qué me dedicaba.
  • Primero [Laura Davis] decía que era electricista. Pero pronto me di cuenta que las mujeres electricistas son fascinantes. Me vería confrontada con preguntas que no podría responder acerca de cableado o corrientes DC. Finalmente, encontré la solución mágica. Cuando alguien en una fiesta me preguntaba a qué me dedicaba, los miraba y respondía soy ama de casa. Dado el estatus de la mujer en nuestra sociedad, la mayoría de la gente nunca pregunta nada más. Ellos cambiaban de tema o hablaban de sí mismos. Era la forma perfecta de mantener el abuso sexual fuera de mis conversaciones.
  • No decir es un concepto delicado para los sobrevivientes, quienes a menudo están preocupados con decir toda la verdad. Como niños, la mayoría de nosotros vivió con mentiras y distorsiones de nuestros abusadores. (“Tus padres te correrán si les dices lo que hacemos juntos”. “Hago esto porque te quiero”). Como resultado, muchos sobrevivientes toman la verdad como venganza: “Tengo que decir toda la verdad acerca de todo, todo el tiempo”. El problema con esta postura es que no te protege. Cuando te sientes compelido(a) a decirle todo a todos, te quedas vulnerable y sobre expuesto(a). Le das a la gente más información acerca de ti de la que ellos merecen. Fallas en proteger tu privacidad. Elegir omitir ciertas piezas de información porque no confías en alguien lo suficiente, porque quieres medir las aguas, porque lo consideras privado, o simplemente porque no quieres compartir algo no es lo mismo que mentir.
  • El concepto de mentir es confundido por los sobrevivientes. Muchos de nosotros hacemos historias a fin de sobrevivir. Fuimos acusados de mentir, pero no estábamos mintiendo. Usamos historias para protegernos. Muchos de nosotros todavía lo hacemos. Nosotros revelamos sólo tanta información como podemos arriesgar con seguridad en un momento determinado.
  • Las mentiras reales hieren gente. Son usadas para manipular, controlar y aislar a las personas, para mantener el poder, eludir la responsabilidad. No decir todo a todos acerca de tu abuso no resulta en ninguna de estas cosas. Más bien, te protege. Permite que la intimidad y cercanía crezcan lentamente. Mantiene tu privacidad, te permite establecer límites y te da la oportunidad de hacer elecciones. (Si tú no quieres decir porque te avergüenzas de ti misma(o) o de lo que te pasó, eso es un tema diferente. Ve el ejercicio “Establece tu privacidad” en la sección “Creando Seguridad” [si no lo encuentras en el blog, solicítalo cony_diaz@hotmail.com] para más información acerca de la relación entre vergüenza y privacidad).
  • Cuando estaba creciendo, las mentiras eran…
  • Cuando estaba creciendo, decir la verdad era…
  • Si digo la verdad…
  • Si no digo la verdad…
  • Cosas para reflexionar:
  • • ¿Hice historias cuando era niña(o)? ¿Sigo creando historias? ¿Cómo me protege el crear historias? ¿Cómo se interpone en mi camino?
  • • ¿Qué significa decir una mentira? ¿Decir la verdad? ¿Qué significa ser una persona honesta?
  • • ¿Cómo me siento cuando considero retener información acerca de mi abuso? ¿Cuál es la diferencia entre mantener la privacidad y mentir?


  • Tomado de El Coraje de Sanar, libro de ejercicios de Laura Davis.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Participa con tus contribuciones y comentarios