sábado, 13 de septiembre de 2014

Detente



Euforia corre por sus venas. Adictos al dolor ajeno, adictos al dolor de miles de inocentes chiquitos, adictos a la euforia, de sentir la culpa de esos niños. Adictos a la euforia de sentir ese terror en ellos, y esa sensación de poder lograda ante la resistencia opuesta. Solo son niños. 

Y eso les da más poder. Más euforia, alimento de su adicción. No se van a detener. Sed de poder, sed de euforia, Esa euforia no terminara, hasta que alguien les ponga un alto. Un alto que los niños no pueden poner, sólo son niños. Cuidemos a nuestros inocentes pequeños. Hagamos algo por ellos, lo que esté en nuestras manos, desde donde podamos, para que estas atrocidades dejen de atormentarlos, para cambiar su futuro, para ser parte de un cambio para proteger a nuestra infancia para que estos individuos se detengan para que estas atrocidades se detengan, para que esto deje de pasar, para tener un mundo libre de abuso sexual infantil. Nunca más gritos sin voz. ASI nunca más...

Anónimo 

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