viernes, 1 de febrero de 2013

EL ENCIERRO FRAGMENTOS DE UN DIARIO


Los días de bajadas nos pueden hacer perder el norte, podemos realizar actos que nos arrastren a más cadenas. Un intento de suicidio por el hastió que vivía, me llevó a un mes en un centro de psiquiatría. Quizás pensé lo afortunada de haber escapado sino fuera el mal trago que pasé. La falta de profesionalidad y humanidad que allí recibí me dieron la más grande lección que pude recibir...

Para empezar hasta los celadores te trataban como objetos, malos modos y poca consideración, no tenías privilegios parecía un cuartel milimetrado por horas que había que cumplir a raja tablas...
Luces apagadas por la noche y puertas trancadas con llave, que miedo esas noches de cautiverio pasé, mi alma encerrada en tarro de confitura a nadie le importaba y mi ansiedad y estado empeoraban cada día.
No guardaban el secreto profesional con lo cual todos sabían porque si o porque no estabas allí...Te gritaban y empujaban si no te sometías...
Que decir de los profesionales médicos...Pues peor aún, querían que hicieras cosas que iban en contra hasta de tus instintos de supervivencia pero tenías que comportarte como querían si querías salir de allí fue lo primero que aprendí.

Lo segundo ha ser una muñeca sentada y callada todo el día para evitar que los celadores te gritaran o echaran en cara el motivo por el cual estabas allí y eso delante de los demás pacientes, viendo el mismo trato hacia los demás y sabiendo que solo así podías salir haciendo lo que querían...Tomarte todo lo que te mandaban aunque el estómago y el cuerpo rechazaban...Tanto en comida como en la drogad-era de medicación...Comerme todo para no recibir castigos que consistían en encierros...Tomarme las medicinas sino no salía...Cuantos menos gritos mejor para resistir  una lucha diaria en el encierro de una cárcel dónde no eras una persona sino un animal enjaulado...
Recuerdo una tarde que un celador casi me pega porque le dije que me dejara en paz o le ponía una reclamación, su vena le salía del cuello y se vino para mí sentí que venía mi agresor y creí morir de dolor, un paciente le paró y fue mi salvación, continuó gritándome e insultándome como si yo fuera una mierda pinchada en un palo...me humilló...se rió de mí y me vejó verbalmente...
Aunque reclamé mi experiencia vivida lo que recibí fue una carta pidiendo disculpas muy diplomática y que la situación no se iba a repetir que tomarían medidas...De que me vale con lo que pasé, quién me quita el daño y el dolor cuando uno ingresa es porque está mal y es para sanarse no para que le humillen, vejen o empeoren...

Amenazaban con amarrarte, lo intentaron...O ponerte la inyección mágica relajante...Lo intentaron...Todo un infierno real, palpable e inevitable que mi pobre cuerpo resistió
Perdí por mi camino la Fe en los profesionales aunque reconozco que generalizo pero fue mi experiencia. Sino fuese mi fortaleza y supervivencia nunca hubiese salido de aquel mal lugar...
Nadie me preguntó porque hice lo que hice, cómo me sentí o que quería....
Nadie me preguntó porque mi ansiedad, miedo o porque evitaba cualquier contacto.
Nadie se percató de mi problema ni me escuchó.
Nadie salvo yo misma estaba en aquel lugar para ayudarme a salir de él. Fue una experiencia traumática, dura e imborrable.
Nadie devolverá mi Fe en mi camino...Se que ni médicos pueden ayudarme porque vivo en un lugar de ineptos y retrógradas que sólo cobran su sueldo y no ven personas sino casos y objetos...Se que estoy sola....

Nery


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