martes, 22 de enero de 2013

CRECIENDO...


Por fin he cogido las riendas,por fin soy dueña de mí misma,por fin dejé el miedo escondido en algún sitio.
Y no sé cómo explicarlo.
Estoy relajada, no me agobio ante los problemas y sigo creciendo.
Hoy me levanté un poco melancólica.
No he dormido apenas aunque no sé por qué,pero tampoco me siento cansada.
Aquí delante de mi ordenador, he empezado a remover mis recuerdos,pero no los malos,sino los buenos,o los que tras el paso del tiempo se van transformando en buenos.
Aún recuerdo el pánico que sentí cuando escribí aquel primer email a RANA,y mi estómago todo revuelto cuando subía las escaleras para una primera cita con la persona que sería mi salvación.
Ahora no puedo más que sonreír ante aquellos recuerdos y ser consciente de todo lo que he ido creciendo.
Pero por primera vez he empezado a tener maravillosos recuerdos de mi infancia.
Hubo momentos felices que durante años quedaron sepultados bajo la sombra de los abusos,pero no todos son malos.
Me río al recordar cómo a mi manera me vengué en muchas ocasiones de mi hermano.
Llegó un momento en el que yo lloraba por todo.Sí era una auténtica llorona.
Recuerdo que mi hermano,muchas veces me pegaba ,como la gran mayoría de hermanos,y además solía retorcerme las muñecas y apretarme del cuello con fuerza hasta que de dolor me hincaba de rodillas y me hacía decir lo que él quería.
Tantas veces me lo hacía que mis padres intentaron que dejara de hacerlo ,como no,con violencia.
Pronto me dí cuenta que cuando yo decía que él me había pegado,acto seguido se llevaba un buen cachete de parte de mis padres.
Y sabiendo esto,las lágrimas de cocodrilo afloraban por doquier,y los cachetes a mi hermano también.
Luego lógicamente su venganza era peor pero sabía que después él volvería a recibir con lo cual ya no me dolía tanto.
No puedo parar de sonreír mientras escribo...
Pero recuerdo en especial una vez que recuerdo que el ambiente estaba bastante cargado en casa con discusiones y yo entré llorando.
Nadie dijo nada,y aunque no recuerdo quien fue, se fue a mi hermano y le dieron varios cachetazos.
Mi hermano no sabía por dónde le venían,cosa normal también y yo callada vi cómo le pegaban.
Cuando terminaron,recuerdo que les dije ,que él no me había hecho nada ,que solamente me había caído...Soy mala .
Supongo que en el fondo todos éramos víctimas.
Y cuando recuerdo esto ,pese a todo ,no puedo dejar de recordar las muchas trastadas que hicimos juntos,y de nuevo una gran sonrisa viene a mi  boca.
Recuerdo un día que nos fuimos a cazar ranas.Nos íbamos a un nacimiento de agua ,que estaba como a dos km de casa.
Pero ese día nos llevamos un cubo.
Volvimos con sesenta y cinco ranas a casa,y convencidos de hacer un estanque en nuestro jardín.
Excabamos un hoyo,y le pusimos plásticos para que no se filtrara el agua.Soltamos las sesenta y cinco ranas y todo felices nos metimos en casa.
Cuando volvimos a salir ,todas las ranas estaban dispersas por la terraza el jardín,y los gatos se las rifaban.
Aún así todo el barrio se rió con la trastada,y todos cazaban de nuevo para tirarlas por los desagües.
Nuestros padres no nos castigaron,(creo que fue la única vez ,jeje),aunque eso sí nos obligaron a devolverlas a su sitio.
Y tanta RANA en mi vida!
Me hace muchísima ilusión comenzar a recordar estas cosas,ver que no todo fue abuso,y que también aunque profundos ,ahí quedaron grabados esos recuerdos buenos.
Señal de que sigo creciendo...y que mi hermano está siendo perdonado por mi niña,esa que compartió estos recuerdos con él.
Y sinceramente,me siento bien,al ver que tras el perdón,viene esta calma.


http://encontrandoatara.blogspot.mx/2013/01/creciendo.html?spref=fb

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