lunes, 27 de agosto de 2012

Cuando enough is enough.


Como sobreviviente he pasado por muchas situaciones de abuso, sea porque no he aprendido a poner límites, sea porque le tengo miedo a la soledad, al rechazo, al abandono, pavor al enfrentamiento, a la violencia verbal, a la física, sobretodo como es mi caso, si vienes de un entorno familiar en el que estaba prohibido expresarse y cualquier problema se resolvía con un golpe, gritos y humillación, sean cuales sean mis razones para seguir soportando en mi vida la existencia de relaciones tortuosas y humillantes, llega un punto en el que debo tomar una decisión, siempre sucede algo que me enfrenta, que me lleva a una encrucijada en la que debo decidir entre esa relación y yo. Ese punto llegó este jueves pasado.

Me tomó 4 años y medio darme cuenta que esta relación había caducado hace mucho y que sólo he estado prolongando la despedida, me tomó mucho "aguante" ya saben conversaciones tras conversaciones en las que te das cuenta que todo lo que le has compartido a esta persona en tus momentos más vulnerables es usado y será usado en tu contra, que todo secreto compartido es un arma que utiliza sin el menor remordimiento con tal de herirte o de echarte culpa de todo lo malo que sucede en la relación, es duro, me rompió el alma muchas veces con sus palabras y todas esas veces la perdonaba o la justificaba por su historia de abuso demasiado parecida a la mía, por haber perdido a su único hermano como yo por suicidio debido también a los abusos sufridos en sus infancias; la perdonaba porque si, porque se lo que es estar sola, sin familia, porque su forma de abuso al inicio fue tan sutil que me tomó mucho darme cuenta de que no era posible de que yo fuese la culpable de todo, quizás también tenga mucho que ver que hace años no tenía las herramientas que hoy tengo a mi favor y que no me permiten seguir cerrando los ojos a estos abusos, herramientas aprendidas en terapia y  con mi GAM, lo que fue sutil años atrás hoy me resulta insoportable. 

Hoy no quiero seguir tolerando sus palabras hirientes, sus carcajadas impregnadas de sarcasmo, su manipulación descarada, en esencia: su compañía tóxica. Para mi este jueves pasado enough was enough, es decir: ¡hasta aquí llegaste, no te permito más tu veneno en mi vida! ¿Cuál fue el detonante? sencillo, llegó a la vibra más sensible de mi alma, el límite, cruzó esa línea de la que no hay retorno. Una vez más estaba en una conversación en la cual no respetaba mis límites, mis deseos de no querer compartir una situación dolorosa por la que estoy pasando, muy educadamente y más sincera que educada, le dije que prefería mantener esos temas en terapia o con mi GAM, a lo cual por supuesto reaccionó como sólo ella puede reaccionar, burlándose y atacándome con lo que sabe me va a doler, se los dejo textual, no quiero olvidar sus palabras ese día, porque la próxima vez que me busque cuando se sienta sola, quiero recordar de lo que es capaz para no volver a caer en ese círculo vicioso en el que me compadezco de sus necesidades olvidando las mías.
Jajaja tranquila no tengo interés en saber ni en insistir en qué te pasa, ya sé cómo sos, sólo te lo pregunté por molestarte, se me olvidaba que tu estado natural es la amargura y el enojo...que TODO lo tomas a mal.
En su momento me dolieron mucho, fueron como brasas que me atravesaron, bien duras, pero luego mi mente se lleno de pensamientos positivos, pude escuchar las palabras y consejos de mi terapeuta, las palabras de ánimo de mis compañeras de GAM, más importante aún: mi voz interna.  Pensé, ha llegado el momento de ponerle un alto, ha sido suficiente, si dejo pasar esto, voy a perder lo que me queda de dignidad. Me dolió tomar la decisión de sacarla de mi vida, pero me dolía más la certeza de que si se lo permitía, seguiría limpiando el piso con mi autoestima. El tan conocido autocuido del que tanto hablo para mi misma y que tan poquito hago realidad, en ese momento fue determinante, lo que me quedaba de orgullo también lo fue y debo decir que me sentí muy bien, una sensación de sanidad grandísima, de usar una metáfora sería como si me hubiesen extirpado un tumor maligno gigante ubicado justo al lado de mi corazón, así de bien, así de libre y por los años de experiencia que tengo en malas relaciones, que no son pocos, esa es una señal inconfundible de que he tomado la mejor decisión para mi vida.

Escribo esta entrada porque no es la primera vez que leo a otras sobrevivientes tocar el tema de estar en relaciones abusivas y sus imposibilidades para salir de ellas, para algunas tomará más tiempo que para otras, los detonantes serán distintos, los abusos menos o mas sutiles, no lo sé, cada quien sabe lo que tiene en sus vidas y lo que permite. Yo sé que a esta persona le guardo mucho cariño, respeto por lo que ha logrado en años de terapia, eso se queda conmigo y me da gusto que sea así, ella fue una persona muy significativa en momentos específicos, pero la cuestión es esa, precisamente esa: ¡fue! no lo es más y eso tampoco es malo, ni tiene por qué ser causa de tristeza, no todas las personas que se cruzan en nuestros caminos llegan para quedarse, cumplen un propósito y luego lo natural es que cada quien siga su vida, lo natural y sano debería ser crecimiento. 

Quizás nos venga bien abrir más los ojos no sólo los físicos, si no los del alma, aprender a escuchar esa voz interior, muy sabia por cierto, que pocas veces se equivoca y en las que si lo hace, es porque desconfiamos de nuestro instinto, porque no hemos aprendido a dejarnos llevar. Creo que la decisión es fácil de tomar, siempre y cuando se esté clara de lo que NO estás dispuesta a seguir tolerando, es fácil cuando a pesar de querer a esta persona, te quieres más a vos misma, es fácil cuando sabes que lo has intentado muchas veces y el comportamiento persiste, es fácil cuando estás lista para cortar de raíz y te alejas sin mirar atrás.

En mi caso ha sido una amistad, pero lo he aplicado a todo tipo de relaciones, familiares sobretodo, me tomó la mitad de mis años sacar de mi vida a mi padre y quiero confesar que la necesidad de cariño me toma por sorpresa de vez en cuando, pero es más grande mi instinto de supervivencia que esa necesidad que yo sé va a ir perdiendo fuerza a medida que aprenda a quererme más, a estar sana. Se puede y se debe procurar la paz, buscarla como el tesoro más preciado, nadie tiene el derecho de usar nuestras confesiones más íntimas en contra nuestra, no es negociable, ¡no más!

Por último, me gustaría recordarme a mi misma, lo que unas compañeras de foro y de mi GAM me dijeron una vez: ser sobreviviente no es sinónimo ni garantía de ser solidario, humano, empático, confiable, etc. Esa idea preconcebida fue lo que me mantuvo en esta relación de abuso tanto tiempo, yo asumí que podía confiarle todo y no sería usado en mi contra, asumí que estaba "segura" que ella entendía bien todos mis miedos y limitaciones por haber pasado por lo mismo, ese "asumir" fue lo que me cegó por años, no todas las personas son dignas de nuestra confianza, sean o no sobrevivientes, no todas las personas son dignas de que compartan nuestro tiempo y espacio, es valioso, sólo tenemos una vida, ¿A quiénes les estamos permitiendo que estén en ella? ¿Te aportan positivamente? ¿Creces? Es bueno hacerse estas preguntas de vez en cuando.

Inicio mi semana sin la presencia de esta persona en mi vida y me siento bien, le deseo lo mejor, hoy sus palabras no me afectan más, hoy no siento que este obligada a estar a su lado por lo bueno que haya aportado en mi vida, hoy la dejo ir y abro las puertas a lo que ha de venir con su partida.

ANÓNIMO

5 comentarios:

  1. Eso es crecer como persona. Llegar a ese punto en que por fin empezamos a valorarnos y cortar de raiz las faltas de respeto. Una vez se cruza esa linea no hay vuelta atrás,una se pierde el respeto la relación es dañina y acaba por machacarnos.

    Enhorabuena,me alegro de que te hayas decidido a extirpar ese "tumor".

    Me encanta que a pesar de todo tu corazón sea tan puro que aún le guardes cariño y respeto...

    Un abrazo

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  2. " porque no he aprendido a poner límites, sea porque le tengo miedo a la soledad, al rechazo, al abandono, pavor al enfrentamiento, a la violencia verbal, a la física, "
    Me has hecho llorar muchísimo...
    " nadie tiene el derecho de usar nuestras confesiones más íntimas en contra nuestra, no es negociable, ¡no más!" Y lo peor es que nosotras sentimos que se enfadan por nuestra culpa, que somos nosotras las que les hacemos enfadar...
    Estoy aprendiendo a poner límites, a alzar la voz... Ahora sí siento que además de saberlo, lo hago y espero que ciertas cosas cambien. Nadie tiene ningún derecho a usar nuestros puntos débiles, a hacer daño donde más nos duele con la justificación de que es que claro, como estaba enfadado pues... No, yo también podría hacerlo y no lo hago.
    Me has hecho llorar un montón pero te lo agradezco muchísimo de todo corazón, gracias...
    Y muchísimas felicidades por ser tan valiente!
    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Gracias a ustedes por ser testigos empaticas de mis luchas internas, les admiro mucho, un abrazo muy grande.

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  4. Excelente entrada, excelente decisión en tu vida, que fuerte has sido y ademas sabia para darte cuenta de que ya no podías permitir mas abusos en tu vida...

    Felicidades...

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  5. Gracias Anmagoca, estoy muy orgullosa de haber salido de otro círculo más de violencia, paso a pasito.

    Un abrazo.

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