miércoles, 15 de agosto de 2012

A mi madre y mi abuela


Hace una semana sentí un deseo urgente de agradecer, decidí hacerlo en el foroGAM, comencé escribiendo sobre mis amistades de infancia y lo mucho que les agradezco por haberme invitado a jugar, por no excluirme a pesar de ser callada, “diferente”, por todas las locuras que hicimos, las travesuras, las risas, luego continué dándole las gracias a mis muñecas de trapo, mis juguetes, mi bici, una enciclopedia de mitología griega que fue mi escape cuando todo a mi alrededor era tristeza, en ese mundo me refugié, cuánto agradezco a los libros por existir, agradecí a la música por transportarme a lugares y permitirme sentir de forma “segura” podía imaginar estar enamorada, enojada, interpretaba personajes, fueron mis mecanismos de sobrevivencia en la adolescencia.

Luego sin previo aviso me descubrí dándole las gracias a mi madre y luego a mí abuela, y de esto se trata esta entrada, de todo lo que salió una vez que me permití sentir lo prohibido, porque tocar a las grandes figuras femeninas en mi familia es sinónimo de excomunión, pecado mortal, no sé cuántos mandamientos he roto al escribir estas líneas, sí les puedo afirmar con total seguridad que ha sido liberador, la carta sigue así:

A mi madre (esta es la primera vez que le agradezco algo) por la vida, porque aunque sé que no me deseaba tan pronto, ni me quería mujer, continuo con el embarazo, por las razones que sea lo haya decidido, me trajo a este mundo, en el que ahora estoy empezando a encajar. A ella que tiene su salud mental deteriorada, como me duele recordar cada paliza que ese hombre al que la sociedad me dice le honre, le llame Padre, le daba cada vez que llegaba ahogado en licor, a ella, a esa mujer que sufre y sufrió por nosotros sus hijos, no pudiste detener a ese hombre de que abusara a tu pequeña, ahora lo comprendo, estabas aterrada, me cuesta perdonarte madre, pero sólo vos sabes lo que sentías en cada golpe, lo siento mucho, me duele lo que tuviste que vivir. Gracias por darme los primeros años de educación, por mucho tiempo fue mi herramienta de supervivencia, por enseñarme el valor de mantenerme unida a mis hermanas y hermano, que nos teníamos sólo a nosotros, es cierto madre, estábamos solos, ¡ya no! hemos crecido, tenemos grietas, muchas cicatrices, pero estamos vivas, tu hijo ya no está con nosotras, se fue donde no pueda sufrir más, lo siento, no pude salvarlo, se lo llevó el maldito abuso, el dolor y la soledad, está tranquilo, dejémoslo descansar, tuvo bastante que soportar; estamos nosotras tus hijas, 3 bellas mujeres, a cada cual más distinta, con dones y defectos, unos comunes, hermanas que admiro y agradezco. Estamos vivas madre, lo hemos logrado, pronto cumpliré 39 años, ¿lo puedes creer? tu niña que soñaba con morir antes de los 20? nunca lo supiste, esos eran mi sueños madre, morir joven, porque creí fervientemente que para mí no estaba hecho este mundo, ni la felicidad, que nadie me podía amar, porque estaba defectuosa, dañada: ¡Sigo viva! 34 años después de ese día, ninguno de los dos logro matarme, ni tú hermano ni tu esposo, ni tu silencio ante los dos. No soy madre, le tuve demasiado miedo a repetir la historia, duele haberme negado ese derecho, estoy en el proceso de perdonarme, ¡es duro mamá! ¡cuánto tiempo sin pronunciar esas palabras! me duelen! ¡eso sos! mi mamá y sin embargo no puedo contar con vos, nunca sabrás la verdad aunque creo que en el fondo si lo sabes, eso te mantiene enferma, la culpa, yo quiero perdonarte, vos viviste un infierno también, ahora lo sé, sos una sobreviviente como yo. Quiero aprender a no despreciarte cada vez que llamas a casa, a tener paciencia para escuchar tus delirios, tus monstruos, estás sola, sé bien lo que es eso, no quiero ser cruel contigo, siento una culpa que me corroe el alma cada vez que te digo adiós antes de que termines de contarme cómo estás, me duele tu enfermedad, tanta es tu negación que no sos capaz de reconocer que lo estás, es duro escucharte, me hace daño, tuve que elegir, lo siento mucho, eras vos o caer en depresión profunda cada vez que llamabas, decidí por mí, no puedo luchar tus batallas, nadie ha luchado las mías, sí puedo acompañarte hasta donde mis fuerzas me lo permitan, eso es lo que quiero intentar con vos, no seré la hija cariñosa, tierna que recordas, ya no soy la chiquita que se quedaba sentada en el mismo lugar por horas, callada, bien portada, ejemplar, te puedo dar mi tiempo, unos minutos, espero aprender a darte un poco más. Por ahora perdona si no cumplo el 4to mandamiento, me destrozas cada vez que me pedís que salude a tu esposo, ¿mi padre? si, ese mismo, me hiere tu necesidad de saber de él, nunca aprendiste a dejarlo ir, tanto daño te hizo, sigues apegada, eso me duele y lo aborrezco, perdona si cuando lo mencionas cambio de tema, así será no sé hasta cuándo, no hago promesas que no se si cumpliré, no quiero hablar de él. Si supieras el trabajo que me ha costado poder escribir estas líneas, sé que es agradecimiento mezclado con resentimiento, disculpa, así lo siento, no soy santa. Me gustaría algún día poder tener muchas cosas más que agradecerte, confío en que así será cuando vaya sanando mis heridas, mi niña está aún muy lastimada.
 Quiero agradecerle a mi abuela por acogernos en su casa, ese infierno donde aún se esconde su hijo menor, donde abusaron de mi, mi hermana y hermano, te agradezco porque de vos aprendí lo que NO quiero para mi vida, relaciones insanas, nunca comprendí tu amor ciego por mi abuelo, tus celos, tu incapacidad de dar amor, tu frialdad ante tus nietos tan necesitados de una caricia, te agradezco tu dureza, todos tus maltratos emocionales, todos tus rechazos, todos ellos me llevaron a amar más a mis hermanos a comprender que necesitábamos estar unidos. De agradecerte algo en positivo sería tus hornados a medianoche, inolvidables, aún recuerdo sus olores, cierto es que nunca los hiciste por nosotros pero te cuento mujer, éramos tus clientes más fervientes, los únicos agradecidos, te  agradezco tus comidas deliciosas, nos salvaste tantas veces del dolor llenando nuestras pansitas, te agradezco por el único amor verdadero que diste mientras te conocí: el amor a mi hermano, a mi flaquito, eso sí que por cuantos años viva lo voy a recordar con extrema gratitud, fue feliz con vos, lo amaste en sus años de oscuridad, no te diste cuenta que tu hijo menor le desbarató el cuerpo, fue duro, vos fuiste la única figura materna que él conoció cuando su madre no regreso del extranjero, por vos fue amado GRACIAS por eso, no soy religiosa, creo en Dios, por ello elevo una plegaria en donde estés a favor tuyo, por ese cariño que tuviste por él y quiero perdonarte, no sé bien tu historia, intuyo no fue un cuento de princesas, te tocó duro por lo que sé, quizás más adelante recupere algún recuerdo menos ligado al dolor, me dará mucho gusto Gexpresarlo, reconocerlo y agradecerlo. Mientras, descansa en paz, tus nietos a los que les diste la espalda cuando te fuiste y a los que nunca llamaste, yo aprendí a consolarlos, darles cariño, abrazarlos y arroparlos por las noches. Ellos te amaron hasta el día de tu muerte, que no te engañe mis palabras de dolor y enojo: ¡también te amé y lloré amargamente! Eras mi abuelita, linda, de cabellos negros ensortijados, de ojos negros profundos, piel clara como la perla, manos hermosas, carcajada sonora, que bella sirena eras, no te dejes engañar por mi enojo, te admiré, te amé, tuviste detalles conmigo, quiero ser agradecida, hoy no los recuerdo, se que existen, mi dolor es aún muy grande, tengo la visión de esos años muy contaminada. Por hoy me despido de vos, quizás otro día, nos encontremos en este camino.

Palabras finales:

A ustedes los que van a leerme discúlpenme, nunca sé cómo voy a terminar un relato, es lo que me salió del alma, me siento en paz de haber sido fiel a mi misma al escribirlo, de no traicionar mis sentimientos, los callé por mucho tiempo. Cuántos descubrimientos tengo ahora de lo que inició como una cartita de agradecimiento...motivo más para dar gracias, respeto mi necesidad de expresión y doy las gracias a mi misma por mantenerme viva.

2 comentarios:

  1. Excelente entrada, carta y manifestación de tus sentimientos...

    Terrible lo vivido y mas terrible aún no haber recibido el apoyo y comprensión de dos mujeres tan cercanas a ti y tan lejanas a la vez... (Madre y Abuela)Duele pensar que personas que tanto amamos no nos ayudaran cuando mas los necesitábamos...

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  2. Tristemente esa ha sido la realidad de muchas, no por eso debemos dejar que nos roben la esperanza de construirnos distintas, yo estoy en esa lucha, que es una constante batalla contra mi misma y todos los mensajes negativos de años, hay momentos en los que siento que no tiene sentido tanto esfuerzo, que es demasiado, pero tengo que reconocer que siempre he encontrado o me han hecho ver que hay una luz más allá de todas las sombras en las que vivo, este espacio, el foro y otros recursos que de pequeña no hubiese siquiera soñado tener, son los que me aportan esa chispa, los relatos de otras sobrevivientes, sus luchas tan parecidas a las mías, hay tanto que pierdo de vista cuando estoy en el hoyo, por eso doy gracias cuando me abren los ojos y veo que no estoy sola en esto.

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