martes, 12 de junio de 2012

Soy una persona abusada vs sufrí ASI


¿Eres una persona abusada o has sufrido abusos en la infancia?
Días anteriores, escuché hablar a psicólogos sobre pacientes con fibromialgia y  hacían referencia a que es muy diferente ser fibromiálgico que tenerfibromialgia, muy distinto. En un principio no entendí la diferencia pero estaba en la misma sintaxis: ser no es lo mismo que tener.
El ser es el ser uno mismo, es lo que soy, es la personalidad, la esencia, lo invariable. El tener varía, el tenerpermite el cambioporque hoy lo tengo mañana no o puedo tenerlo de otra manera.
En seguida lo llevé a  nuestro territorio, a las personas que hemos sufrido abusos sexuales y cómo se podría corresponder esta diferenciación a nosotros y pensé en cómo nos presentamos, ¿Somos personas abusadas o somos personas que han sufrido abusos?
En un principio podría parecer que no tiene ninguna relevancia pero la realidad es que es uno de los puntos que más nos definen porque hablan del lugar en que nos colocamos ante la vida ¿Somos víctimas o somos supervivientes? ¿Dejas que la vida pase o luchas por vivirla?
Al decir “soy una persona abusada” estamos hablando de un presente, de algo que está en nuestra personalidad, de un abuso que continúa y que nos mantiene en este rol de ser una víctima, de no poner medios, de no luchar.
Cuando decimos “sufrí abusos en la infancia” hablamos de algo que nos ha marcado indudablemente, algo con lo que vivimos como son las secuelas que se sienten como una parte más de nosotros pero, la diferencia con el “soy” es que el sufrí nos permite poder cambiar, poder luchar, el pasado no puede variar pero nosotros sí!
Y qué queréis que os diga, ilusa, ingenua o como más os guste, pero me gusta pensar que lassecuelas son algo temporal que podremos aprender a manejar. Me da fuerza y esperanza para seguir adelante, para soñar con la felicidad.
Realmente hay tiempo para todo y para todos porque hay etapas en las que no hay fuerzas, en las que uno comienza a descubrir la tarea ardua de reconocer que los abusos son una parte de su historia. Lo importante es aceptar que ocurrieron pero no quedarnos en lo que fuimos sino en lo que somos ahora y que estamos creciendo.
A veces vivimos con el corazón aferrado al pasado y los pies caminando en el presente, con la mirada absolutamente vacía sin poder ver ni sentir ni un rayo de sol y lo cierto, es que igual que nos perdimos los mejores años de la infancia, nos estamos perdiendo la vida sino damos un paso más desde lo más profundo del interior. Nadie dijo que fuera fácil la existencia, pero podemos encontrar la fuerza!

 http://aspasi.wordpress.com/

1 comentario:

  1. Nunca estuve segura de si en realidad la situación ocurrió como la recuerdo y como la analizo actualmente, pero creo que en alguna ocasión fui abusada. Cuando era niña mi padre estuvo a mi cuidado por un tiempo, y por esta situación debi dormir con él. Una noche desperte y él tocaba repetidamente mi baja espalda, note entonces que refregaba sus genitales contra mi, pero sin tocar otras partes de mi cuerpo ni con sus manos. El calvario fue eterno, creo que despues se fue al cuarto de baño. Nunca volvió a suceder, aunque algunos años despues, con mi madre de vuelta con nosotros, iba a acostarse a mi cama algunas mañanas y acariciaba mi abdomen, y aunque jamas propaso los limites, siempre tuve miedo de que sucediera. Años mas tarde me enteré de que ocurría lo mismo con mi hermana, pero con ella al parecer las tocaciones eran mas evidentes, y en una oportunidad habría existido un intento de violación, que no se habria concretado ya que mi padre habria recuperado la cordura y habria dejado a mi hermana muy arrepentido. Ninguna de las 2 volvvería a sufrir de esta situación. No dijimos nada no por miedo, ni amenazas, sino porque no quisimos romperle el corazon a nuestra madre, sin embargo con mi hermana pactamos que si volvía a ocurrir una situacion similar hablaríamos sin importar las consecuencias. Nunca vovió a pasar. Hoy somos mujeres adultas, que aprendimos a perdonar, sin embargo vivimos alertas respecto a nuestros hijos y sobrinos, ya que lamentablemente a pesar de creer en el amor y en querer a nuestros maridos, no confiamos 100% en ellos, ya que creemos que el peligro existe en cualquier persona, como lo comprobamos con nuestro propio padre

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