lunes, 25 de junio de 2012

Aún así...


Me trago mi tristeza con un toque de amargura hasta vomitar el miedo y la angustia que me envenenan, espero a estar sola para hacerlo porque nadie a mi alrededor entiende mi dolor y todos dicen “ya pasó, olvídalo”. Sí, ya pasó; no, no lo puedo olvidar… había vivido muchos años como autómata, con todos mis demonios dormidos  pero han despertado y son reales y están en mi presente. Lo que pasó ya no me hace daño… son los demonios que se han quedado los que me hacen daño, eso no lo entienden. Es mi cruzada y nadie puede hacerlo por mi, pero sería lindo  en vez de escuchar un “ya pasó”, escuchar “tienes razón de sentirte así, sigue luchando como hasta ahora, has sido muy valiente”; sería lindo una mirada a los ojos en vez de una mirada hacia el suelo.

Hago un nuevo recuento de las espinas para descubrir que hay más con cada nuevo recuerdo, algunas se hunden más otras sólo están ahí, ya no las siento, otras todavía hacen sangrar mi alma. Poco a poco voy quitando algunas, pero siempre habrá espinas para quitar.

Me envuelvo en una sábana de pesadillas para dormir, en contra de mi voluntad. Cada noche es una lucha a muerte entre mis fantasías y el infierno de mis recuerdos, la única baja soy yo.
Mi sonrisa es el escudo que me pongo todos los días para sentirme normal y no caerme a pedazos en cuanto pongo un pie en la calle a la hora de salir a la vida. Me preguntan si estoy bien… digo que sí, tan solo ha sido una mala noche… ¿mentira o verdad a medias?  Casi nunca contestaré que me siento fatal y que es porque mis demonios han estado acosándome… aunque esa sea la respuesta casi siempre.

Mi camino es largo.  A momentos  el paisaje es hermoso, tanto que parece un sueño; pero hay temporadas en que tienes que atravesar un pantano al que apenas sobrevives porque el lodo te llega hasta la cabeza, hay que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder mantenerte en la superficie y poder respirar… es un pantano traicionero y sin honor porque nunca te tragará por completo jugará contigo hasta que te canses o salgas.

Sigo aquí, sin embargo estoy muy cansada y ya no puedo volver al estado de animación suspendida en el que me encontré durante muchos años, ya no me serviría de nada… sólo me queda tomar un respiro y seguir ¿cómo lo hago cuando duele tanto vivir? Duele tanto que lo siento en cada fibra de mi cuerpo, el dolor es real y quisiera desgarrarme la piel para dejar de sentirlo.  ¿Cómo lo hago si siento el alma muerta? ¿Cómo lo hago si siento la voluntad quebrada? … sé que lo he hecho antes y cada vez he utilizado una herramienta diferente, pero ahora no encuentro una que funcione, es cansado buscarla mientras te esfuerzas por mantenerte cuerda y con vida, estoy cansada.

Estoy cansada y aún así lucho contra mis demonios, quito las espinas, desahogo mi miedo, paso malas noches, sonrío y me aferro a la vida. Duele tanto...


1 comentario:

  1. me siento tan identificada con la parte de " nadie a mi alrededor entiende mi dolor y todos dicen “ya pasó, olvídalo”. Sí, ya pasó; no, no lo puedo olvidar…"

    ResponderEliminar

Participa con tus contribuciones y comentarios