martes, 30 de agosto de 2011

¡Vamos, pasa la página y decide darte otra oportunidad!


Abrirse a los demás es un camino que se recorre poco a poco, pero que vale la pena. Por alguna razón colocas un gran muro entre ti y las personas que te rodean, lo que impide relacionarte con ellas. Además, con tu actitud defensiva, evitas cualquier clase de comunicación o de contacto social. Si crees que es mejor suponer que te sucederá lo peor, para protegerte y así evitar sufrir en el futuro, te perderás todo lo bueno que también ocurre a tu alrededor, inclusive de la oportunidad de conocer personas diferentes afines contigo, que te valoren y te traten con respeto.

Lo primero que debes hacer es desmontar este muro, tienes que empezar a desarrollar conductas que te permitan adquirir seguridad y autoestima. Necesitas aprender a compartir tus opiniones y puntos de vista, a expresar tus sentimientos, a pedir ayuda cuando la necesites y aceptar halagos. Hazlo poco a poco, perdona a todos aquellos que alguna vez te hicieron daño, decide pasar la página, y deja de ser tan dura contigo y con las demás personas; aprende a confiar, pues hay mucha más gente agradable y buena en este mundo de la que tú crees, y estás perdiéndote la oportunidad de conocerlas. Sonríe, sé tú misma, aprende a decir que no y a poner límites cuando lo consideres necesario. Recuerda que eres tú quien va a enseñarle a los demás cómo van a tratarte.

Tener pensamientos de fracaso, de víctima es una forma de sabotearte la oportunidad de cambiar y de construir la vida que quieres y mereces. Corta el cordón emocional que te mantiene atada a esas personas que tienen tanto poder sobre ti y asume la responsabilidad de hacer el trabajo necesario para recuperar el control de tu vida.

¡Tú puedes salir de cualquier situación por más difícil que esta sea! La vida está esperando por ti, para darte todos los regalos esenciales que mereces. ¡Vamos, pasa la página y decide darte otra oportunidad!




Cuando las situaciones difíciles se presentan generalmente nos toman desprevenidos y por eso nos golpean y afectan tan profundamente.

En la mayoría de los casos nos sentimos abatidos, desanimados, perdidos y hasta descorazonados; pensamos en que no seremos capaces de superarlas, nos resistimos a aceptar lo sucedido porque no encontramos una razón de peso que justifique lo que pasó. Y mientras más intentamos analizarlo, más nos hundimos; buscamos culpables, como si de esta manera pudiéramos suavizar nuestra experiencia, lo que debilita nuestra capacidad de afrontarla con valor y determinación para resolverla y superarla lo más pronto posible y así quedarnos con el aprendizaje que pueda dejarnos.

Yo he decidido interpretar las situaciones difíciles como una oportunidad que nos da la vida de detenernos para reflexionar, revisarnos, aprender, hacer cambios, tomar decisiones, soltarnos o, simplemente, poner en práctica toda la teoría que tenemos acerca de cómo debemos afrontarlas, manejarlas y superarlas. Pero, como buenos humanos, tenemos un ingrediente emocional que lleva a quedarnos atrapados en el sufrimiento que pueden causarnos los cambios, las pérdidas y los miedos a los que nos vemos enfrentados cuando estamos atrapados en un momento difícil.
Cuando las situaciones son inevitables, porque no pueden cambiarse o porque su solución está en manos de otros debemos aprender a aceptarlas, para que podamos vivirlas con valor y entrega, abiertos y dispuestos a superarlas y aprender de ellas con la determinación de no permitir que nos afecten profundamente. Las situaciones difíciles siempre se presentarán, lo importante es que con cada experiencia ganemos confianza, aceptación, valor, determinación, serenidad y voluntad para afrontarlas de una mejor manera.

Cuando en lugar de reaccionar emocionalmente a lo que sucede, lo hacemos con una mente clara, objetiva y serena, logramos ser más asertivos al momento de actuar para tratar de afrontar y resolver la situación. Así, conseguimos tomarnos el tiempo para digerir y analizar lo que nos pasa, buscar el consejo de otra persona que por su experiencia pueda orientarnos y poner en práctica el conocimiento o las herramientas que tenemos.

Algunas de las claves para lograrlo
Acepta lo que no puedes cambiar. Esto significa ser capaces de soltar aquello que no está en nuestras manos y que depende de otros o de las circunstancias y ocuparnos sólo de lo que en realidad podemos hacer, decidir o resolver.

Ponte en acción. Las situaciones difíciles deben afrontarse y resolverse inmediatamente. No lo postergues pensando en que tal vez cambien o se resuelvan por sí solas en el tiempo.

Busca personas positivas que te apoyen. Es más sencillo cambiar nuestro estilo de vida si nos apoyamos o acompañamos de personas positivas y entusiastas que deseen lo mejor para nosotros.

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