miércoles, 3 de junio de 2009

PADRE ABUSADOR


Un juzgado de San Sebastián ha condenado a un hombre a penas que suman seis años de prisión por haber abusado sexualmente de manera continuada de su hija menor de edad, a quien, también sometió a un prolongado maltrato psicológico. El inculpado deberá indemnizar a la víctima con 30.000 euros y en cinco años no podrá acercarse a menos de quinientos metros de ella. Además, durante seis años no podrá residir en la misma localidad.
Los hechos ahora sentenciados por el Juzgado de lo Penal 1 de Donostia se iniciaron en 1999, cuando la menor tenía sólo tres años, y se prolongaron más allá de 2006.
El acusado, José A. H., «con ánimo de atentar contra la libertad sexual de la niña y prevaliéndose de la especial vulnerabilidad que presentaba por razón de su edad y enfermedad», se indica en la sentencia, acudía a la habitación de su hija, donde la sometía a diversos tocamientos. Asimismo, aprovechaba las ausencias de la madre del domicilio familiar para llevar a la niña al baño, donde también abusaba de ella.
La resolución judicial indica que en abril de 2006, el matrimonio se separó, momento en el que madre e hija trasladaron su residencia a otro inmueble de la misma localidad. Pese a ello, el acusado aprovechaba el régimen de visitas que había acordado con su ex mujer para abusar de la menor.
Maltrato psíquico
Además de propasarse sexualmente, el padre sometió a la niña a un continuado maltrato psíquico. De esta manera, no permitía que acudiera al comedor del colegio ni tampoco a actividades extraescolares como deporte o excursiones. Igualmente, no le dejaba jugar o realizar las tareas en la ludoteca municipal. Incluso le prohibía que se quedara en la calle jugando con otros niños, «de tal manera que la menor pasaba las tardes aislada en casa viendo la televisión», indica la magistrada Almudena Ovejero, autora de la sentencia.
Esta conducta, según la juez, desencadenó en la menor síntomas de maltrato emocional, comportamiento agresivo tanto hacia ella misma como hacia los demás, así como un sufrimiento infantil. «Pega, muerde, insulta y padece un retraso cognitivo así como problemas de socialización consistentes en aislamiento social y rechazo, por lo que carece de amigos», precisa la sentencia. En este sentido, la juez añade que la menor presenta además síntomas de abuso sexual tales como interés y conductas «inadecuadas» para su edad.
La magistrada señala que los informes psicológicos «no dejan lugar a dudas» de que la menor padeció abusos sexuales y un maltrato psicológico. «Sufrió aislamiento y prohibiciones injustificadas que le impidieron relacionarse debidamente con otros niños de su edad, lo que finalmente ha terminado por afectar a su normal desarrollo», concluye.
«La gravedad de las conductas del acusado, no sólo, por la debilidad y vulnerabilidad de la menor y por ser el padre de la víctima, sino por la forma en que este maltrato continuado ha perjudicado su desarrollo social y cognitivo implica necesariamente que hayan de considerarse proporcionadas las penas que solicitó el fiscal», concluye la juez. Es de recordar que el ministerio público demandó tres años por abuso sexual, otros tres por maltrato psíquico y 30.000 euros de indemnización, además de las medidas de alejamiento.